El mercado de fichajes es un ecosistema complejo donde las llegadas estelares a veces dependen de las salidas menos mediáticas. En el AC Milan, este principio parece aplicarse al pie de la letra en las últimas horas. Con la confirmación de un refuerzo de lujo inminente, el club rossonero trabaja simultáneamente en aligerar su plantilla, mirando, cómo no, hacia el pujante fútbol saudí.
La noticia que acapara titulares es la inminente incorporación de Luka Modric. Tras poner fin a su histórica y laureada etapa en el Real Madrid, el mediocampista croata ya ha elegido la Serie A como su próximo desafío. Después de cumplir con sus compromisos en el Mundial de Clubes, la cuenta atrás para su desembarco en Milán ha comenzado. Y ahora, tenemos una fecha concreta: el lunes 14 de julio es el día marcado en rojo. Será entonces cuando Modric pase los pertinentes exámenes médicos y estampe su firma en el contrato que lo unirá al AC Milan. Un golpe de mercado, sin coste de traspaso, que añade una dosis monumental de calidad y experiencia al centro del campo.
Sin embargo, en el fútbol moderno, el espacio en la plantilla es limitado, y el balance financiero, crucial. La llegada de Modric, sumada a la reciente adquisición de Samuele Ricci procedente del Torino, densifica aún más la medular milanista. Esto genera una necesidad estratégica: dar salida a jugadores que no entran en los planes principales o que pueden generar ingresos.
Aquí es donde entran en escena Ismael Bennacer y Yacine Adli. Ambos jugadores regresaron a la disciplina rossonera este verano tras sendas cesiones que no terminaron de cuajar en sus clubes de destino (Olympique de Marsella para Bennacer y Fiorentina para Adli, donde no se ejercieron las opciones de compra). Si bien se esperaba que quizás tuvieran una nueva oportunidad en San Siro o buscaran acomodo en otros clubes europeos, la llamada del “oro saudí” ha irrumpido con fuerza.
Según informaciones desde Italia, tanto Bennacer como Adli han recibido propuestas formales procedentes de clubes de la Saudi Pro League. Desde la perspectiva del AC Milan, estas ofertas representan una vía clara para obtener ingresos y, sobre todo, para reducir el número de centrocampistas en la plantilla, haciendo espacio (físico y salarial) para las nuevas incorporaciones y reequilibrando el plantel. La disponibilidad de los jugadores para aceptar estos destinos exóticos, con contratos previsiblemente muy lucrativos, es el siguiente paso crucial.
En el caso particular de Adli, la situación es un poco más compleja, ya que también se le vincula con un posible traspaso al Bologna, lo que le permitiría continuar su carrera en la Serie A. Esto añade un factor de competencia en las negociaciones y decisiones del jugador.
Así, mientras el AC Milan se prepara para recibir a una leyenda viva del fútbol en el Camp Nou… perdón, en San Siro (la costumbre), la dirección deportiva trabaja arduamente para encontrar la mejor solución para otros jugadores. El mercado saudí, con su inagotable poder económico, se presenta como un actor clave en esta particular partida de ajedrez, ofreciendo al Milan una oportunidad para resolver el superávit en el centro del campo. Un verano, como siempre, repleto de movimientos y estrategias en la Casa Milan.