El fútbol, ese eterno guion de ascensos y descensos, de promesas cumplidas y de talentos que buscan una segunda oportunidad. En esta última categoría encaja a la perfección el reciente movimiento de Amine Harit, el mediocampista marroquí de 28 años, quien ha puesto rumbo a Turquía para unirse al Istanbul Basaksehir en calidad de cedido, con una opción de compra bajo el brazo. Una jugada que, para muchos, resulta tan sorprendente como lógica, dada la compleja situación que vivía en el Olympique de Marsella.
Del Fervor a la Frustración: La Montaña Rusa Marsellesa
Harit llegó al club marsellés en 2021, procedente del Schalke 04 alemán, donde, no sin ironía, había sido nombrado Rookie del Año de la Bundesliga en la temporada 2017-18. Su impacto inicial en el Vélodrome fue considerable, dejando destellos de su calidad y habilidad para desequilibrar. Tanto es así que, tras dos temporadas en préstamo, el Olympique de Marsella decidió hacer permanente su fichaje el pasado noviembre, desembolsando una cifra estimada en 5 millones de euros al activarse una cláusula tras su decimoquinta aparición en la temporada.
Paradójicamente, la celebración de su compra definitiva fue efímera. En la presente campaña, la figura de Harit se diluyó hasta el punto de no haber disputado un solo minuto. La situación culminó con su no inscripción por parte del técnico Roberto De Zerbi para la próxima fase de grupos de la UEFA Champions League, un golpe duro para cualquier profesional. Mientras sus compañeros se preparan para viajes de altura —como la inminente visita al Santiago Bernabéu para medirse al Real Madrid—, Harit se encontraba en un limbo, un asiento de primera fila en el banquillo que, para un jugador de su calibre, se siente más como una jaula que como un refugio.
Un Historial de Promesas y Rendimiento
La carrera de Amine Harit es un mosaico de experiencias en la élite europea. Formado en canteras de prestigio como la del Paris Saint-Germain, Red Star y FC Nantes, debutó profesionalmente con La Maison Jaune (Nantes), disputando 30 partidos y anotando un gol en la temporada 2016-17. Su paso por el Schalke 04 lo catapultó a los focos, destacándose como una joven promesa de la Bundesliga.
Además de su trayectoria en clubes, Harit también conoce el sabor de la victoria internacional. Con la selección sub-19 de Francia, se alzó con el Campeonato de Europa de la UEFA en 2016. Y si bien su rol doméstico en Marsella había menguado, su contribución en la UEFA Europa League de la temporada 2023-24 fue crucial, erigiéndose como el máximo asistente de la competición y llevando al equipo hasta las semifinales. Un detalle que subraya su capacidad para aparecer en los grandes escenarios, incluso cuando la confianza en casa parecía escasear.
Basaksehir: ¿El Escenario para un Nuevo Capítulo?
El traspaso al Istanbul Basaksehir no es solo un cambio de aires; es una declaración de intenciones. Para Harit, representa una oportunidad de oro para resetear su carrera, reencontrarse con el ritmo de juego y, quizás, recuperar esa chispa que lo convirtió en uno de los mediocampistas ofensivos más prometedores de su generación. La Süper Lig turca, con su intensidad y pasión, podría ser el lienzo perfecto para que el marroquí pinte de nuevo sus mejores jugadas.
Para el Basaksehir, hacerse con un jugador de la calidad y experiencia de Harit, aun con la necesidad de un relanzamiento, es un movimiento astuto. Un talento desaprovechado en un gigante francés puede convertirse en la joya de la corona en un equipo turco ambicioso. La opción de compra indica una prudencia calculada, pero el potencial de esta operación es innegable. Si Harit logra recuperar su mejor nivel, el club de Estambul podría haber encontrado no solo un jugador, sino un verdadero líder en el mediocampo.
Conclusión: Una Apuesta por la Reinvención
El fútbol, como la vida misma, rara vez ofrece caminos rectos. La historia de Amine Harit es un recordatorio de que incluso los fichajes permanentes pueden ser efímeros y que la búsqueda de la felicidad futbolística a veces requiere cambiar de camiseta y de país. Su viaje a Turquía no es un final, sino un nuevo comienzo. Un paso al costado para, quizás, dar un salto más grande. Solo el tiempo dirá si esta travesía oriental lo llevará de nuevo al Olimpo de su fútbol, pero la determinación de un jugador con su bagaje y talento no debería subestimarse.