Hasta ese momento, el equipo de Vieira solo había concedido dos goles, ambos de penalti contra el Cagliari en el debut del entrenador francés con el club genovés. Durante los cuatro partidos anteriores bajo el mando del ex centrocampista de Arsenal y Juventus, la defensa del Genoa se había mostrado sólida, resistiendo todos los intentos de gol en jugada.
Este tanto de Anguissa marca un punto de inflexión para el Genoa, poniendo fin a una notable serie defensiva que había caracterizado el inicio de la era Vieira en el equipo.