El telón de la temporada 2025-26 de la Serie A se levantó con un estruendo, pero no precisamente el que esperaban los aficionados del AC Milan. En una jornada inaugural que ya promete emociones, el recién ascendido Cremonese asestó un golpe demoledor al gigante rossonero, venciéndolo por 2-1 en su propia fortaleza, el Giuseppe Meazza. Un resultado que no solo marca el inicio de una nueva campaña, sino que también escribe uno de esos relatos de “David contra Goliat” que tanto alimentan la pasión del fútbol.
La Audacia del Novato: Cremonese Desafía la Lógica
Llegar a la máxima categoría con el cartel de “cenicienta” es una cosa, pero plantar cara al Milan en San Siro y salir victorioso es harina de otro costal. El Cremonese, bajo la batuta del ingenioso Davide Nicola, no solo compitió, sino que exhibió una organización táctica y una convicción que desmantelaron las esperanzas locales. No fue una victoria casual; fue el resultado de una estrategia bien ejecutada y de individualidades que supieron brillar en el momento justo.
Héroes Inesperados: Bonazzoli y Zerbin
El fútbol, a menudo, se escribe con pinceladas de genialidad. En este partido, la brocha la tomó Federico Bonazzoli. Su “golazo” —un auténtico golazo, para ser precisos— no solo rompió el empate, sino que se convirtió en la estocada final para el Milan. Un disparo que quedará grabado en la memoria de los aficionados del Cremonese como el hito que selló su regreso triunfal. Pero Bonazzoli no estuvo solo en esta gesta. Alessio Zerbin, cedido por el Napoli, se erigió como una amenaza constante por la banda derecha. Su dinamismo y su asistencia para el primer gol demostraron que la velocidad y la determinación pueden desarmar incluso a las defensas más experimentadas.
Mientras algunos daban por sentado que el Cremonese sería un mero convidado de piedra, el equipo de Nicola demostró que la ambición no entiende de presupuestos. El 7.5 en la calificación de su entrenador es un testimonio de una preparación impecable y una lectura del partido que maniató al Milan. Si esto es solo el principio, la Serie A tiene un nuevo agitador en la liga.
El Milan Tropezó: Cuando el Talento no es Suficiente
Por el lado rossonero, la derrota fue un trago amargo. Un equipo con aspiraciones de título, liderado por el regreso de Massimiliano Allegri al banquillo, no pudo capitalizar su dominio ni revertir el ímpetu del rival. Las sustituciones, si bien “correctas” según el análisis post-partido, no lograron cambiar el destino de un encuentro que se les escapó de las manos. El fútbol, a veces, es cruel, y el Milan lo experimentó en su piel.
Luka Modric: La Eternidad en el Mediocampo
En medio de la decepción, una figura se alzó por encima del resto, demostrando que la edad es, en efecto, solo un número. Luka Modric, el “maestro de orquesta” de 39 años, Balón de Oro y ex pilar del Real Madrid, fue la luz más brillante en la penumbra milanista. Su capacidad para dictar el tempo, su visión y su elegancia fueron un recordatorio constante de su clase innegable. Un 7.5 en la calificación, destacando como el mejor del Milan, sugiere que, incluso en la derrota, el genio croata sigue siendo un faro. Es casi irónico que, con toda su experiencia, no pudiera evitar la caída de su equipo; un recordatorio de que ni siquiera los magos pueden hacer milagros solos.
En el otro extremo, la noche de Mike Maignan fue una para el olvido. Aunque poco pudo hacer ante el “golazo” de Bonazzoli, un portero de su calibre, vinculado con el Chelsea, buscará borrar rápidamente este debut. Con solo tres disparos a puerta recibidos, la efectividad del Cremonese y la falta de solidez defensiva del Milan dejaron al francés expuesto a una derrota que sin duda pesará en su ánimo.
Más Allá del Marcador: Implicaciones y Reflexiones
Esta victoria del Cremonese no es solo tres puntos; es una declaración de intenciones. Para el equipo recién ascendido, es un impulso de confianza incalculable, la demostración de que pueden competir en la Serie A. Para el Milan, es una llamada de atención temprana: la liga italiana no perdona la complacencia, y cada partido es una batalla. La vuelta de Allegri, aunque con “sustituciones correctas”, empieza con un sabor agridulce, recordándole la ardua tarea que tiene por delante.
El resultado en San Siro es un aperitivo perfecto para una temporada que promete ser apasionante. Nos recuerda que el fútbol es impredecible, que los guiones se reescriben en cada jornada, y que los momentos de sorpresa son los que más se disfrutan. La Serie A, con su mezcla de tradición, talento y pasión, acaba de confirmarlo.
Así, el Cremonese no solo ganó un partido, ganó el respeto. Y el Milan, bueno, el Milan aprendió una valiosa lección en la jornada uno: en el fútbol, el gigante siempre puede tropezar, y la caída es tanto más ruidosa cuanto más alto es su pedestal. Que empiece la diversión.