El Sport Lisboa e Benfica, más que un club de fútbol, es una institución global con una masa social que rivaliza con la población de pequeñas naciones. Cuando se acercan sus elecciones, como las programadas para el 25 de octubre, el proceso no es simplemente un trámite administrativo; se convierte en una compleja coreografía de tecnología, tradición y, sobre todo, una incansable búsqueda de la transparencia. La Mesa de la Asamblea General (MAG) ha tenido que ponerse el traje de arquitecto electoral para clarificar un reglamento que es, sin lugar a dudas, la hoja de ruta para la «mayor operación logística electoral de siempre».
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El icónico Estadio da Luz, corazón del Benfica, será un punto neurálgico en la jornada electoral.
Entre la Tradición del Papel y la Audacia Digital: La Votación en el Continente
La esencia de la democracia en un club tan enraizado como el Benfica, que ha visto pasar generaciones de socios por sus filas, reside en la confianza. Ante las recientes críticas de candidatos como João Noronha Lopes, Luís Filipe Vieira y João Diogo Manteigas, la MAG ha detallado cómo se garantizará que cada voto sea un testimonio fiel de la voluntad de sus miembros.
En el Portugal continental, la balanza se inclina por una combinación de lo clásico y lo moderno. Los socios ejercerán su derecho al voto a través de papeletas físicas, depositadas en mesas de votación distribuidas estratégicamente. Sin embargo, lo que se ha eliminado es el voluminoso e ineficiente sistema de censos electorales impresos. En su lugar, el control de identidad y la verificación del derecho a voto se efectuará mediante un escaneo rápido del carné de socio. Este simple gesto conectará al votante con un censo electoral digital único, alojado en la nube y gestionado por una empresa certificadora.
«Este sistema innovador no solo agiliza el proceso, sino que, de forma ingeniosa, previene cualquier intento de duplicidad. Así, cada socio, con la tranquilidad que otorga la tecnología, solo podrá votar una vez, sin importar el lugar físico en el que se encuentre. Una solución elegante para un problema potencial.»
El Desafío de la Dispersión Global: La Elección del Modelo para Socios en el Exterior
La verdadera prueba de fuego para esta operación logística se presenta con los socios del Benfica residentes en las Regiones Autónomas (Azores y Madeira) y en el extranjero. Aquí, la MAG ha propuesto un escenario que, con un guiño a la ironía política, se define por la necesidad de consenso absoluto.
El modelo a seguir en estos círculos externos se decidirá únicamente después del 10 de octubre, fecha de oficialización de las listas de candidatos. Existen dos caminos posibles:
- Opción 1: El Voto Electrónico Remoto. Si todas las candidaturas logran un acuerdo unánime, se implementará un sistema de voto electrónico, ya sea remoto o supervisado. Este se apoyaría en una plataforma certificada, con mecanismos de autenticación segura y una auditoría independiente. Una visión futurista de la democracia clubista.
- Opción 2: La Replicación Continental. En caso de que una sola lista, por mínima que sea, manifieste su oposición al voto electrónico, la tradición prevalecerá. Se replicará el sistema del continente: mesas de voto locales con papeletas físicas y la misma infraestructura digital centralizada para el censo. Un plan B robusto, que asegura la continuidad y la equidad.
Esta dualidad exige una preparación «doblemente minuciosa». El Benfica no solo debe tener lista la plataforma tecnológica para el voto electrónico, sino también toda la infraestructura física deslocalizada como plan de contingencia. Es, en esencia, tener un pie en el futuro y otro firmemente anclado en la tradición, garantizando que no haya margen para la improvisación en un proceso tan vital.
Más Allá del Balón: La Reafirmación de la Democracia Benfiquista
En un momento en que la integridad electoral es un tema recurrente a nivel global, el esfuerzo del Benfica por clarificar y blindar su proceso de votación es un testimonio de su compromiso con la democracia interna. Las elecciones de un club de fútbol, especialmente uno con la resonancia del Benfica, son un barómetro de la salud institucional y la confianza de sus socios.
Esta «mayor operación logística electoral de siempre» no es solo una declaración; es una demostración práctica de cómo una entidad deportiva moderna debe abordar sus responsabilidades democráticas. Asegurando un proceso certificado y auditable, el Benfica no solo elige a sus próximos líderes, sino que también refuerza su propia identidad como un club donde la voz de cada socio, ya sea en el Estadio da Luz o al otro lado del mundo, es escuchada con la máxima seguridad y transparencia. Un admirable equilibrio entre la pasión deportiva y la rigurosidad técnica, que bien podría servir de ejemplo más allá del terreno de juego.

