El fútbol alemán, y en particular la Bundesliga, parece tener un guion cada vez más predecible. Tanto es así que una leyenda del deporte, Toni Kroos, no ha dudado en pronosticar no solo al campeón de la temporada 2025-2026, sino la fecha exacta de su coronación: ¡marzo o, a lo sumo, abril! Una afirmación audaz que, más allá de la simple especulación, subraya una realidad que se repite año tras año en la élite del balompié germano.
Cuando un equipo arranca una temporada con un récord impecable de seis victorias consecutivas, una diferencia de goles que supera el +20, y ya ha establecido una ventaja de cuatro puntos sobre su perseguidor más cercano (Borussia Dortmund), las alarmas de la `predecibilidad` comienzan a sonar. Para Kroos, ex-mediocampista del Real Madrid y conocedor profundo del fútbol bávaro, esta ventaja no es una casualidad pasajera, sino el síntoma de una superioridad abrumadora y una falta de competencia sostenida en la liga.
Aunque el propio Kroos confiesa haber detestado durante su carrera escuchar frases como «seréis campeones con seguridad» porque «aún hay que jugar los partidos», sabe que en este caso, la obviedad es palpable. Su análisis, compartido en el podcast Einfach mal Luppen, es contundente y, para algunos, brutalmente honesto: «Están demasiado lejos. Leverkusen está en plena crisis. Dortmund y Leipzig no pueden competir a largo plazo. Ninguno de esos equipos es lo suficientemente consistente como para desafiarlos en la tabla». Una declaración que, si bien puede ser vista como una crítica, es más bien un diagnóstico técnico de la situación actual. La hegemonía del Bayern no es un secreto, es una ecuación matemática que se resuelve jornada tras jornada.
Esta no sería la primera vez que el Bayern Múnich sella su título con tanta antelación. En la temporada 2013-2014, el gigante bávaro se proclamó campeón el 25 de marzo, ¡con siete jornadas aún por disputarse! Un precedente que, lejos de ser una anomalía, se ha convertido casi en una `tradición` dentro del calendario futbolístico alemán. La ironía reside en que la noticia del posible campeonato temprano del Bayern es casi tan habitual como la propia Bundesliga.
Desde una perspectiva puramente técnica, la eficiencia y el modelo de gestión del Bayern son dignos de estudio. Su capacidad para reinventarse, mantener una plantilla de élite y un nivel de rendimiento constante, es innegable. Sin embargo, esta `perfección` también plantea interrogantes sobre el atractivo a largo plazo de una liga donde el campeón parece estar decidido mucho antes de que se entonen los villancicos de Navidad. ¿Es esta superioridad una bendición para el club y su palmarés, o una maldición silenciosa para la salud competitiva y el interés global de la liga?
Así, mientras la Bundesliga avanza, la predicción de Toni Kroos no es solo una opinión; es un reflejo de una realidad que desafía a los demás clubes a elevar su juego, a encontrar esa consistencia elusiva que les permita, por una vez, romper el guion y evitar que el himno bávaro suene antes de lo esperado. ¿Logrará algún equipo cambiar esta narrativa? El tiempo, y los próximos meses de competición, lo dirán. Aunque, si Kroos tiene razón, ya sabemos cuándo lo hará.