El verano está siendo movido en Stamford Bridge, y no solo por las llegadas. El Chelsea, inmerso en una estrategia de reestructuración de plantilla y, seamos sinceros, obligado a cuadrar cuentas ante las estrictas normativas financieras (sí, esas que a veces parecen diseñadas para complicar la vida a los clubes que fichan “un poquito” de más), ha pisado el acelerador en la llamada `operación salida`. Tras invertir cerca de 140 millones de libras en nuevos talentos, toca hacer espacio y, sobre todo, caja.
La reciente multa de la UEFA por incumplimientos pasados en el Fair Play Financiero es un recordatorio constante de que las finanzas deben estar en orden. Aunque se cree que el club cumple actualmente con las reglas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR) de la Premier League, el riesgo acecha. Además, la plantilla sigue siendo extensa, con algunos contratos elevados que pesan en la masa salarial. Jugadores como Sterling, Chilwell o Chukwuemeka, con salarios combinados que dan vértigo, son ejemplos de la carga financiera.
Si bien aún hay trabajo por hacer con otros nombres que podrían estar en la puerta (Ugochukwu, Félix, Veiga, Nkunku, Fofana, Broja, Disasi y Petrovic, por mencionar algunos que han visto reducida su participación), el Chelsea ha logrado avances significativos en la venta de otros.
Una de las ventas más sonadas, y quizás inesperada para algunos, es la de Noni Madueke. El extremo inglés pone rumbo al Arsenal en un movimiento que, según diversas informaciones, podría superar los 50 millones de libras, incluyendo variables. Un traspaso cuantioso entre dos rivales de Londres que inyecta capital fresco y, quizás, alivia la carga de jugadores de ataque en una plantilla ya nutrida. Madueke se suma a la lista de recientes traspasos entre ambos clubes, siguiendo el camino de Kepa Arrizabalaga a principios de este mercado.
Mathis Amougou: Un Joven `Máquina` Rumbo a Estrasburgo con Billete de Vuelta Abierto
Pero no es el único que hace las maletas de forma permanente. Mathis Amougou, un joven centrocampista fichado el pasado enero, se marcha al RC Strasbourg. Esta operación no es casual: se dirige a un club `hermano` dentro de la estructura multi-club de BlueCo, la misma propiedad que el Chelsea. Lo interesante de este movimiento es que se completa con una cláusula de recompra para el Chelsea. Una jugada estratégica que permite al jugador desarrollarse en un entorno competitivo (la Ligue 1 francesa) de forma permanente, sin ocupar una plaza de cesión, mientras el Chelsea se reserva la opción de traerlo de vuelta si su potencial, descrito por algunos como el de una “máquina” y comparado con el estilo de Moisés Caicedo, explota como se espera.
Amougou apenas tuvo 22 minutos de juego con el primer equipo blue, una cifra que refleja la intensa competencia por un puesto. Su salida al Strasbourg podría ser un paso similar al que dio en su momento Andrey Santos, quien ganó experiencia en Francia antes de regresar. Es el tipo de movimiento inteligente dentro de una red de clubes que optimiza el desarrollo de jóvenes talentos.
Además de Madueke y Amougou, otros jugadores también están en la rampa de salida. Se especula con que el joven lateral Ishe Samuels-Smith también podría unirse al Strasbourg de forma permanente, tras haber sido visto en las instalaciones del club francés. La lista de futbolistas con futuro incierto es extensa, una clara señal de la necesidad de aligerar la plantilla y, por supuesto, de cuadrar esas cuentas que tanto preocupan a los organismos reguladores.
Aunque la participación en el Mundial de Clubes reportará ingresos significativos (se estiman alrededor de 80 millones de libras, que podrían subir a 88 si ganan el torneo), las ventas de jugadores siguen siendo una pieza fundamental del puzzle financiero del Chelsea. Así, el club no solo ficha, sino que también se desprende de efectivos, algunos esperados y otros quizás menos, en su afán por construir una plantilla más equilibrada y, sobre todo, financieramente viable a largo plazo. La `máquina` de salidas sigue en marcha en Stamford Bridge, en un verano que promete más movimientos.