En el ajetreado mundo del fútbol, donde los jugadores van y vienen con la velocidad de un WhatsApp, pocas historias capturan la esencia del “nómada” profesional como la de Chidozie Awaziem. Este defensor central nigeriano de 28 años, conocido por su versatilidad y su peculiar trayectoria, está a punto de escribir un nuevo capítulo. Pero no es un capítulo cualquiera, es un regreso a un lugar que ya conoce: el FC Nantes, en Francia.
No se trata de un simple fichaje, sino de lo que parece ser la búsqueda anhelada de estabilidad. Tras una carrera que ha sido una auténtica odisea de préstamos y traslados, Awaziem firmará un contrato de tres años con Les Canaris, en lo que muchos esperan que sea, finalmente, su “puerto seguro”.
De la Cantera Portista al Síndrome del Viajero Incansable
La historia de Awaziem es la de un talento prometedor que, por diversas razones, nunca terminó de echar raíces. Formado en la prestigiosa cantera del FC Porto, apenas logró acumular 15 apariciones con el primer equipo portugués. Fue precisamente desde Porto que inició su primer periplo por la Ligue 1, llegando cedido al Nantes para la temporada 2017-18. Allí, en el Stade de la Beaujoire, disputó 23 partidos, dejando una impresión decente y forjando una conexión, aunque efímera, con el club y su afición.
Sin embargo, esa primera aventura francesa fue solo el inicio de una larguísima lista de direcciones postales temporales. Después de Nantes, su pasaporte deportivo empezó a coleccionar sellos con una frecuencia envidiable (o agotadora, según se mire). Turquía lo vio pasar por el Çaykur Rizespor. España, por el CD Leganés, donde los aficionados más puristas quizás lo recuerden por su paso por LaLiga, buscando su lugar en una de las ligas más competitivas de Europa.
Boavista: ¿El Hogar Permanente que Nunca Fue?
En septiembre de 2020, Awaziem finalmente dio un paso que se suponía definitivo: un traspaso permanente al Boavista F.C. de Portugal. La lógica dictaba que, tras un movimiento así, la maleta podría desempacarse por fin. Pero en el fútbol, como en la vida, las lógicas a veces son solo hipótesis. Tras una sola temporada en Boavista, el guion de los préstamos se repitió. Primero, destino a Turquía con el Alanyaspor en septiembre de 2021, y luego a Croacia para la campaña 2022-23 con el Hajduk Split.
Incluso después de regresar a Boavista para la temporada 2023-24, su espíritu (o quizás las circunstancias) lo llevaron a un breve, pero intenso, tour por la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos, con cortas estancias en el FC Cincinnati y los Colorado Rapids. Uno podría pensar que Awaziem tiene un mapa del mundo marcado con todos los clubes donde ha jugado; si el fútbol pagara por millas de viajero frecuente, sería millonario.
La Segunda Oportunidad en Nantes: ¿El Final de la Odisea?
Con este panorama itinerante, el regreso al FC Nantes adquiere un matiz especial. No es solo un fichaje más; es la vuelta al lugar donde quizás sintió un atisbo de pertenencia por primera vez fuera de su club de formación. Los tres años de contrato sugieren una apuesta mutua por la estabilidad, algo que ha escaseado en la carrera del defensor nigeriano. El Stade de la Beaujoire podría, al fin, convertirse en el hogar permanente que Chidozie Awaziem tanto anhela.
Los aficionados del Nantes y el propio Awaziem esperan que esta vez sea la definitiva. Que la era de las maletas a medio hacer y los contratos temporales haya quedado atrás. Porque, al final, todo futbolista, por muy “globetrotter” que sea, también busca un lugar donde poder llamar hogar y dejar su huella.