En el corazón del fútbol portugués, existe una rivalidad que va más allá de lo deportivo: Benfica vs. FC Porto. Dos gigantes, dos filosofías, dos aficiones apasionadas que ven a su oponente como el archienemigo. Pero, ¿qué sucede cuando un jugador, por caprichos del destino o decisiones profesionales, logra marcar goles con ambas camisetas?
No es una traición, es historia. Y es que, sorprendentemente, ha habido 27 valientes —o quizás astutos— futbolistas que han escrito su nombre en las porterías defendidas por ambos clubes. Una hazaña que desafía la lealtad y que convierte a estos hombres en figuras únicas dentro de la rivalidad más férrea de Portugal.
Nicolás Otamendi: El Último en Sumarse a la Leyenda Bifurcada
El nombre más reciente en unirse a esta selecta, y para algunos, controvertida lista, es el del defensor argentino Nicolás Otamendi. Después de haber defendido con uñas y dientes la camiseta del FC Porto, anotando 10 goles en 125 partidos, su paso al SL Benfica y su posterior gol contra el Famalicão en la temporada 2020/21 lo catapultaron a este olimpo de doble militancia goleadora. Una jugada que no muchos habrían predicho, pero que demuestra que el balón, a veces, tiene memoria y una peculiar forma de rodar entre bandos rivales.
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El Camino No Tan Solitario: Predecesores Notables
Antes de que Otamendi sellara su pase a la historia con su gol «Águila», otros ya habían abierto brecha. El uruguayo Maxi Pereira, recordado por su tenacidad, y Cristian Rodríguez, con su garra charrúa, son ejemplos más recientes de cómo los caminos de los futbolistas pueden entrelazarse de formas inesperadas entre estos dos gigantes. ¿Simple profesionalismo o un guiño del destino que les permitía saborear la victoria desde ambas trincheras? La historia no lo juzga, solo lo registra.
Veteranos y Leyendas: La Década de los 90 y 2000
La lista de estos «mercenarios del gol» (dicho con el mayor respeto y una pizca de ironía, claro está) incluye nombres que resuenan con fuerza entre los aficionados más experimentados. Recordamos a talentos como Zlatko Zahovic, Ljubinko Drulovic, y el icónico Maniche. Cada uno, en su momento, fue pieza clave en ambos equipos, dejando su marca goleadora y, seguramente, alguna ceja levantada entre los puristas. Incluso el trágicamente desaparecido Miki Feher figura en este peculiar registro, demostrando que el fútbol es un tapiz de historias complejas y a veces agridulces.
¿Sabías que…?
Algunos de estos jugadores no solo marcaron, sino que fueron figuras prominentes en la conquista de títulos con ambos clubes, convirtiendo su doble lealtad en un activo invaluable para la historia del fútbol luso.
Los Pioneros: Un Viaje a los Orígenes
Pero esta saga de goles cruzados no es nueva. Sus cimientos se remontan a mediados del siglo XX. Figuras como los rusos Sergey Yuran y Vasili Kulkov, o talentos nacionales como Paulo Futre, Artur Jorge, Rui Águas y Eurico Gomes, ya habían dejado su impronta mucho antes. El honor de ser el primero en inaugurar esta lista recae en António Dias Teixeira, quien en la temporada 1952/53 marcó para el FC Porto, después de haberlo hecho para el Benfica tres temporadas antes. Un verdadero visionario, o un pragmático de su tiempo, que nos enseñó que en el fútbol, el gol no entiende de colores, solo de redes.
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Más Allá del Escudo: ¿Lealtad o Profesionalismo?
La pregunta surge inevitablemente: ¿qué motiva a un jugador a cruzar la línea que separa a dos aficiones tan fervientes? ¿Es la búsqueda de nuevas oportunidades, una mejora contractual, o simplemente el desafío de demostrar su valía en diferentes entornos? Probablemente, una mezcla de todo. Estos 27 nombres representan una faceta del fútbol moderno —y no tan moderno— donde la carrera profesional a menudo prima sobre las filiaciones sentimentales, por más arraigadas que estén en la cultura deportiva.
En última instancia, estos goleadores bifrontes no son solo una curiosidad estadística. Son un recordatorio de que, incluso en las rivalidades más encarnizadas, el fútbol puede ofrecer historias de confluencia, de talento que trasciende camisetas y de legados que, aunque complejos, enriquecen la narrativa del deporte rey. Ya sea que se les vea como «traidores» o como «profesionales excepcionales», su lugar en la historia del fútbol portugués está firmemente asegurado, con un gol en cada orilla del río de la pasión.

