En un partido de locura, la Lazio se llevó la victoria gracias a un penalti señalado por el VAR y convertido por Pedro en el tiempo de descuento. Esta derrota, la tercera consecutiva para los rossoneri, intensifica las críticas desde San Siro y pone en seria duda la continuidad de Conceicao, además de prácticamente descartar las esperanzas de alcanzar el cuarto puesto en la liga.
Analizando individualmente el rendimiento del Milán, Maignan fue el jugador más destacado, especialmente en la primera mitad, aunque su salida en la jugada del penalti fue cuestionable. Jimenez tuvo dificultades ante Nuno Tavares, quien brilló hasta cometer un error clave que propició el empate. Walker no rindió bien en la segunda parte. Gabbia y Pavlovic jugaron con compromiso, aunque este último fue expulsado en una decisión arbitral discutible. Theo Hernández se esforzó por la banda izquierda, pero sin generar jugadas decisivas. En el centro del campo, Fofana y Musah mostraron confusión, siendo este último sustituido por Joao Felix, quien aportó algo de dinamismo desde el banquillo. Pulisic, lejos de su nivel de la primera vuelta, fue reemplazado por Chukwueze. Reijnders estuvo más elegante que efectivo, y Leao alternó momentos brillantes con otros menos inspirados. Gimenez, que había comenzado con fuerza, pareció apagarse y evitó la segunda amarilla tras una falta sobre Gila.
Fuera del campo, la afición mostró su descontento con cánticos contra Cardinale, pidiendo su venta del club, aunque se señala que aún no ha completado el pago a Elliott. También se criticó la camiseta del equipo, que se aleja de los colores tradicionales rossoneri, generando debate sobre el equilibrio entre marketing y respeto a la historia del club.
Aunque un empate no habría mejorado la posición en la tabla, habría evitado una derrota que podría tener consecuencias para Conceicao. Se rumorea que Tassotti podría ser una solución de emergencia para reemplazar al entrenador portugués. El futuro es incierto.