Se confirma lo que se venía rumoreando en el mundillo del fútbol europeo: Orkun Kökçü, el talentoso centrocampista con pasaporte turco y neerlandés, finaliza su etapa en el Benfica para unirse a las filas del Beşiktaş de Estambul. La operación se aceleró y cerró este mismo jueves, tras la visita del presidente del club turco a la capital portuguesa.
El acuerdo, según han detallado fuentes fiables especializadas en el mercado de transferencias, se articula inicialmente como una cesión por una temporada. Sin embargo, no es una cesión cualquiera, pues incluye una opción de compra obligatoria al finalizar el periodo de préstamo. Los números son claros y contundentes: 25 millones de euros como base fija, a los que se sumarán 5 millones más en variables consideradas de fácil consecución. En total, el negocio asciende a 30 millones de euros, la cifra que el Benfica siempre aspiró a obtener por el jugador.
Para el Benfica, este movimiento representa, principalmente, la recuperación de una inversión significativa. Hace apenas dos campañas, el club lisboeta pagó 25 millones fijos al Feyenoord neerlandés por Kökçü, más los mencionados 5 millones en variables pagaderas en cinco años. Ahora, al venderlo por 30 millones, logran un retorno prácticamente íntegro de lo desembolsado. Eso sí, tal y como se informó en su momento a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) portuguesa, el Feyenoord tenía una cláusula que le da derecho a recibir un porcentaje de la plusvalía generada en una futura venta. Habrá que ver cuánto de esos 30 millones (menos el coste original ajustado) se quedan en Lisboa y cuánto viaja de vuelta a Rotterdam.
Más allá de las finanzas, la salida de Kökçü no está exenta de polémica. Se produce tras un periodo de tensión, especialmente después de una sonada discusión con el entrenador del Benfica, Bruno Lage, en el banquillo durante el pasado Mundial de Clubes. Aunque el jugador intentó restar importancia al incidente públicamente, el ambiente quedó viciado. Las informaciones de la prensa tanto turca como portuguesa apuntan a que, tras disfrutar de sus vacaciones en los Países Bajos, Kökçü comunicó al Benfica su decisión de no reintegrarse a la plantilla. Digamos que la directiva, al venderlo, ha encontrado una solución expedita al “problema” deportivo y de vestuario, que de paso cuadra las cuentas.
Desde una perspectiva estrictamente deportiva, la marcha del internacional turco es una baja notable para el Benfica. Kökçü hizo historia en el club al ser el primer futbolista de nacionalidad turca en vestir la camiseta encarnada. Además, su fichaje, valorado en 30 millones de euros en su totalidad (sumando fijos y variables), se convirtió en el más caro en la historia del club en el momento de su llegada, superando el récord anterior que ostentaba Darwin Núñez (traspasado por 24 millones en 2020). En sus dos temporadas en Portugal, Kökçü disputó 78 partidos oficiales, contribuyendo con 19 goles y repartiendo 22 asistencias. Cifras que demuestran su capacidad de influencia en el ataque del equipo.
Así, el capítulo de Orkun Kökçü en el Benfica se cierra de forma un tanto abrupta, marcada por el rendimiento en el campo, una inversión millonaria, y un trasfondo de desencuentro con el cuerpo técnico. Ahora, el centrocampista emprende una nueva aventura en la liga turca con el Beşiktaş, un destino donde se espera que recupere su mejor versión y la continuidad que buscaba. Mientras tanto, el Benfica se queda con los 30 millones y la tarea de encontrar un reemplazo para un jugador que, pese a los pesares, dejó su huella en la estadística.