Tras años de rozar la gloria, de ser el “casi campeón” de la Premier League, el Arsenal ha decidido que la paciencia es un lujo que ya no pueden permitirse. Este verano, la estrategia en el mercado de fichajes no ha sido de meros retoques, sino de una auténtica revolución. Con Mikel Arteta al mando y una nueva dirección deportiva, los Gunners han ido “con todo”, invirtiendo una suma considerable para asegurarse de que esta temporada, la historia tenga un final diferente.
Antes incluso de que la pretemporada arrancara con su viaje a Singapur, el club del norte de Londres ya había asegurado una impresionante batería de refuerzos. Si la temporada pasada la profundidad de la plantilla fue su talón de Aquiles, este año han apuntado a blindar cada posición con talento de primer nivel.
La Nueva Artillería Pesada del Arsenal
Los primeros en llegar, sentando las bases de este ambicioso proyecto, fueron Kepa Arrizabalaga, quien tras una sólida temporada con el Bournemouth, llega para ser el respaldo de David Raya, y la dupla de mediocampistas defensivos Martin Zubimendi y Christian Norgaard. Esta última adquisición representa una revisión completa de la medular, una zona que el año pasado dependió en exceso de Jorginho y Thomas Partey.
Pero la maquinaria no se detuvo ahí. Dos acuerdos más solo esperaban el anuncio oficial: Cristhian Mosquera, una prometedora adición para la defensa por 18.6 millones de dólares, y Noni Madueke, un extremo explosivo procedente del Chelsea por la friolera de 70 millones de dólares. Se espera que Madueke se una al equipo tras su participación en el Mundial de Clubes. Sin embargo, el fichaje más esperado, y quizás el que más debate ha generado, es el del delantero sueco Viktor Gyokeres. Aunque al momento de escribir, el acuerdo final con el Sporting aún se negocia en los flecos de 11.6 millones en variables, se espera que el traspaso inicial ronde los 73.6 millones de dólares.
Con este sexteto de nuevas incorporaciones, la prioridad inmediata del Arsenal es equilibrar las cuentas. Jugadores como Fabio Vieira, Albert Sambi Lokonga, Oleksandr Zinchenko y Reiss Nelson están en la rampa de salida. Incluso Leandro Trossard ha despertado interés en Turquía. Y si bien el club no busca activamente vender a figuras como Jakub Kiwior o Gabriel Martinelli, ofertas sustanciosas por ellos serían consideradas. La venta estratégica de algunos de estos activos podría abrir la puerta a una séptima incorporación, una pizca extra de magia en el último tercio del campo, con nombres como Rodrygo o Eberechi Eze sonando en los pasillos del Emirates. Paralelamente, el club avanza en la renegociación de contratos clave, incluyendo los de Gabriel, Myles Lewis-Skelly y Ethan Nwaneri.
El resultado final de esta frenética actividad es una plantilla donde, incluso sin esa séptima adición, Mikel Arteta contará con al menos dos opciones fiables en cada posición. La lección de la temporada pasada, donde las lesiones de Bukayo Saka, Martin Odegaard y Kai Havertz desmantelaron sus aspiraciones, ha sido dolorosamente aprendida.
La Huella de Berta: El Arquitecto Silencioso
Se dice que el éxito en el mercado de fichajes nunca recae en un solo individuo, pero es difícil ignorar la huella del nuevo director deportivo, Andrea Berta. Llegado del Atlético de Madrid, Berta parece haber traído consigo no solo una libreta de contactos, sino una máquina de hacer negocios. Desde su nombramiento, se ha destacado su voraz apetito por la información y su capacidad para mantener un círculo interno hermético, sorprendiendo al mercado con movimientos decisivos. Antes de su embestida por Gyokeres, pocos sabían si el objetivo era él o Benjamin Sesko, lo que habla de su eficacia y discreción.
La proactividad del Arsenal también se reflejó en la adquisición de Norgaard. Se rumorea que el Tottenham sopesaba un movimiento para reunirlo con su antiguo jefe en el Brentford, Thomas Frank, pero los Gunners actuaron tan rápido a finales de junio que neutralizaron a cualquier competidor. Las imágenes de la euforia de Norgaard al concretar su traspaso dicen mucho del aura que se ha desarrollado en este club bajo la dirección de Arteta.
Cuando el Arsenal ha querido a un jugador, no ha esperado. A veces, esta celeridad puede generar preguntas. Por ejemplo, dado que los términos personales con Madueke (quien, según fuentes, solo tenía ojos para el Arsenal) se podían cerrar rápidamente, ¿habría habido la oportunidad de presionar más al Chelsea y obtener un mejor precio, sabiendo que los Blues necesitan deshacerse de varios delanteros? Quizás. Pero el Arsenal cree haber conseguido a Madueke por un buen precio, considerándolo no solo un suplente de Saka, sino una valiosa opción con pierna izquierda por la banda izquierda –un contrapeso útil a Martinelli– además de su posición natural por la derecha.
Otras llegadas tienen un perfil más claro de piezas de profundidad. Mosquera, por ejemplo, cubre un hueco en el lado derecho de la defensa, asegurando que William Saliba no tenga que empezar la próxima temporada jugando partidos de la Copa de la Liga contra equipos de divisiones inferiores. El Valencia, su anterior club, intentó retenerlo un año más, ofreciéndole un mejor salario y la titularidad asegurada. Pero Mosquera solo quería el Arsenal, permitiendo al club londinense asegurar sus servicios por debajo de los 23 millones de dólares que el Valencia pedía inicialmente. Quienes conocen a Mosquera de La Liga hablan maravillas de su potencial y su “perfil atlético sobresaliente”, con una mentalidad “cien por cien” enfocada dentro y fuera del campo. Dada la impresionante trayectoria del Arsenal en la contratación de defensas en los últimos cuatro años, las esperanzas son altas.
Aspiraciones al Título: ¿Es Suficiente?
Si esta audaz estrategia de fichajes será suficiente para ganar el título dependerá, al menos en parte, de dos de sus nuevas adquisiciones. La llegada de Zubimendi, considerado el mejor en su posición en el mercado, parece una jugada astuta, máxime porque su alternativa, Norgaard, no necesitará tiempo para adaptarse al ritmo de la Premier League.
Gyokeres, por su parte, es un enigma tentador. Su rendimiento en la liga portuguesa es, para ser justos, ridículamente bueno: 68 goles en 66 partidos. Además, sus 226 toques en el área penal fueron más del 50% superiores a los de cualquier otro jugador en la liga. Sin embargo, los escépticos, siempre presentes como la neblina en el Emirates, señalan que ocho de esos goles vinieron de enfrentamientos con Boavista, un club que, según las clasificaciones Elo, no es precisamente el Real Madrid. La temporada pasada, su único gol en cuatro partidos de liga contra el Porto y el Benfica llegó desde el punto de penalti, al igual que otros 16 goles en la liga.
Las alarmas con forma de Darwin Núñez o Mario Jardel podrían estar sonando para algunos al escuchar estas estadísticas. Pero por cada “flop” procedente de Portugal, hay un Luis Díaz, un delantero que quizás no mantenga una producción tan deslumbrante, pero que demuestra ser un atacante muy valioso para un gran equipo. Y luego está la pequeña muestra de la Liga de Campeones, donde aterrorizó al Manchester City y no dio tregua a Saliba y Gabriel, mostrando que juega sin miedo y no le falta confianza en sí mismo.
En una entrevista reciente, Gyokeres declaró que se considera entre los mejores delanteros del mundo. Su paso por el Brighton, que lo descartó a los 22 años, sigue escociendo, y ha escuchado todas las críticas sobre si los goles en la Primeira Liga se traducirán. “Lo que logré en el Sporting, estoy convencido de que puedo hacerlo en cualquier lugar”, afirmó. “Todavía no han visto lo mejor de Gyokeres.”
Si el Arsenal desata lo mejor de Gyokeres, ¿será suficiente para impulsarlos al título de la Premier League? Es difícil de decir. Después de todo, no son los únicos contendientes que han atacado el mercado con ambición este verano. Al menos pueden respirar tranquilos sabiendo que el Liverpool parece estar obsesionado con Hugo Ekitike en lugar de Alexander Isak, pero la adición de un joven francés que se inspiró en Thierry Henry, junto a Florian Wirtz y Mohamed Salah, tiene el potencial de ser un éxito rotundo para los actuales campeones.
Independientemente de lo que logren el Liverpool, el Manchester City y sus rivales continentales, el Arsenal puede afrontar esta temporada sabiendo que no se ha dormido en los laureles. Un equipo que podría haber sido finalista de la Liga de Campeones de no ser por una mejor definición y que se negó a dejarse desviar por una serie de lesiones, se ha negado a quedarse con las fichas que ya tenía. Están apostando fuerte. El tiempo dirá si esta mano agresiva es la ganadora.