En el siempre convulso mundo del fútbol, donde los rumores vuelan a la velocidad del rayo y los fichajes se cocinan a fuego lento (o no tan lento), una noticia ha resonado con fuerza en Bilbao y más allá: Nico Williams se queda en el Athletic Club, y lo hace por mucho tiempo y con una cifra que deja poco margen a la interpretación. El periodista especializado en el mercado, Fabrizio Romano, ha sido el encargado de confirmar los detalles de este monumental acuerdo.
El joven y explosivo extremo, con apenas 22 años, ha estampado su firma en un nuevo contrato que le vincula al club vasco hasta nada menos que el año 2035. Sí, ha leído bien, hasta 2035. Un compromiso a largo plazo que muestra la total confianza del Athletic en una de sus mayores joyas y, evidentemente, la intención del jugador de seguir creciendo en el club de su vida.
Pero lo que realmente ha captado la atención de propios y extraños son las cifras que acompañan esta renovación. Según la información, a partir de 2026, la opción de compra, esa cantidad mágica que permite a un club llevarse a un jugador sin negociar con el equipo vendedor, ascenderá a la imponente cifra de 100 millones de euros. Un blindaje de manual para uno de los futbolistas españoles con mayor proyección en la actualidad.
Además de esta cláusula prohibitiva para la mayoría de los mortales futbolísticos, el nuevo contrato de Williams también viene acompañado de una mejora salarial acorde a su estatus. Se habla de que el jugador percibirá más de 10 millones de euros anuales, incluyendo diversas bonificaciones vinculadas a su rendimiento. Como guinda, el acuerdo contempla pagos adicionales relacionados con sus actuaciones y logros con la selección española, la `Furia Roja`, donde ya es una pieza importante.
Este anuncio pone un punto y final, al menos de momento, a la interminable telenovela sobre su futuro. Meses atrás, los tambores de un posible traslado a Barcelona sonaban con insistencia. Las crónicas informaban sobre supuestos acuerdos personales e incluso sobre la disposición del club azulgrana a desembolsar la cantidad necesaria para su fichaje. Sin embargo, parece que el Athletic, o quizás el propio jugador, tenía otros planes. Mientras en la Ciudad Condal se hacían cábalas, en Lezama se sellaba un compromiso que ata a Nico con la camiseta rojiblanca por más de una década. Un giro de guion inesperado, ¿o no tanto?
Para el Athletic Club, esta renovación es un triunfo estratégico de primer orden. Aseguran la continuidad de su jugador franquicia, elevan significativamente su valor de mercado y envían un mensaje claro al resto de clubes: si quieres a Williams, tendrás que rascarte el bolsillo de verdad. Y para el propio Nico, más allá de la seguridad económica y el compromiso con el club que lo formó, significa afianzarse como una de las grandes figuras de LaLiga y del fútbol europeo. La historia de Nico Williams y el Athletic continúa, y lo hace con números que hablan por sí solos.