El Inter, tras su victoriosa visita al Gewiss Stadium de Bérgamo contra el Atalanta, disfrutó de un tranquilo descanso por las selecciones nacionales. La clasificación en la Serie A sonríe, con el primer puesto con +3 sobre el Nápoles y +6 sobre el propio equipo de Bérgamo, y Simone Inzaghi puede destacar con razón que sus nerazzurri son los únicos en Italia que siguen compitiendo en todos los frentes. El cambio tras un inicio de 2025 no sencillo llegó tanto en el campo como fuera, y lo que más llama la atención es la transformación comunicativa llevada a cabo por el propio entrenador del Inter.
Desde enero hasta hoy, gracias también a una mayor exposición mediática que se ha permitido en comparación con periodos similares del pasado reciente, Inzaghi ha tomado la palabra y, sobre todo, ha empezado a responder punto por punto, a diferencia de lo que tenía acostumbrados a todas las críticas que han recibido los nerazzurri. El presidente Beppe Marotta también pidió respeto antes del partido contra el Atalanta: “Nuestros resultados se dan por sentados, pero sobre todo cuando no hay un resultado positivo, las críticas son exageradas. Se necesita más equilibrio”.
Inzaghi se ha transformado, ha abandonado el papel de quien deja que todo se le resbale, del entrenador que celebra su trabajo ignorando las críticas, y ha empezado a asumir el papel de quien ya no deja pasar nada. Lee mucho, escucha todo y si hay algo que considera erróneo, lo señala.
Lo hizo respondiendo a distancia a Antonio Conte en enero sobre los errores arbitrales y señalando los episodios desfavorables sufridos. Lo hizo tras las eliminaciones en la Champions League de los rivales históricos, destacando que su equipo es el único italiano que sigue en liza en todos los frentes. Y también lo hizo después del partido contra el Atalanta cuando, tras una semana de debates sobre los posibles “cero títulos” al final de la temporada, remarcó que “se está hablando mucho de que el Inter no podría ganar nada. Sabemos lo que estamos haciendo. Escuchamos debates y programas: es el deporte. Cuando se ven actuaciones como esta, se ve que el equipo está en la pelea. Hemos hecho grandes partidos, pero durante la semana se leía otra cosa…”.
En el pasado, en una temporada que terminó con la victoria del Triplete, que puede repetirse también este año, hubo quien en su lugar habló sin rodeos de “ruido de los enemigos” y “prostitución intelectual”. Está claro que el giro comunicativo de Inzaghi no le sitúa en el mismo plano provocador que José Mourinho, pero sí le eleva a un papel de “líder populista” que los aficionados nerazzurri siempre han considerado un valor añadido. Un líder educado, pero que defiende con fuerza su trabajo, a su equipo y, sobre todo, al Inter. Y así, poco a poco, está consiguiendo atraer a su lado incluso a los más críticos que tenían dificultades para verle como un entrenador “para el Inter”.