La llegada de Lilian Brassier al Olympique de Marseille en el verano de 2024 desde el Brest se consideró inicialmente una adquisición inteligente. El defensor central de 25 años había demostrado ser un jugador confiable en el Brest, donde su compostura, habilidad aérea y conciencia táctica lo convirtieron en una figura clave.
Brassier optó por dar el salto al Marseille, un equipo sin fútbol europeo por primera vez en cinco años. Comenzó bien la temporada, participando en 10 partidos de la Ligue 1 y mostrando su característica resistencia. Su capacidad para despejar el peligro y su éxito en los duelos aéreos demostraron su valía defensiva.
Sin embargo, su rendimiento comenzó a decaer durante un período en el que el equipo concedió varios goles evitables, reflejando problemas más amplios en la estructura defensiva de De Zerbi. Brassier estuvo en el centro de este malestar, con errores que se infiltraron en su juego.
Un error de alto perfil contra el Auxerre marcó un punto de inflexión. De Zerbi, conocido por exigir un juego de construcción proactivo y preciso de los defensores, aparentemente se frustró con los pases conservadores de Brassier y sus ocasionales errores de posicionamiento. Esto llevó a que el ex jugador del Brest fuera relegado al banquillo en las últimas semanas.
Los críticos argumentan que la caída en el rendimiento podría atribuirse a la presión de la transición a un club de mayor perfil como el Marseille. Con la ventana de transferencias de enero acercándose, abundan las especulaciones sobre las intenciones del Marseille de reforzar su línea defensiva, lo que probablemente verá la salida del defensor.
Al finalizar 2024, Brassier se encuentra en un momento crucial de su carrera en el Marseille. Recuperar la confianza y abordar las debilidades tácticas será crucial si espera recuperar su puesto titular, aunque esto no está garantizado dada la inminente ventana de transferencias. No obstante, a los 25 años, el francés aún tiene tiempo a su favor y la oportunidad de demostrar su valía en el cada vez más exigente entorno de la Ligue 1. Si esto ocurrirá en el Stade Vélodrome es otra cuestión.