Pocos debutantes en la Premier League han tenido el lujo de presentarse con la misma brillantez y contundencia que Tijjani Reijnders. El fin de semana pasado, en su primera aparición con la camiseta celeste del Manchester City, el mediocampista neerlandés no solo anotó un gol y repartió una asistencia en la goleada 4-0 sobre el Wolverhampton, sino que también dejó una declaración de intenciones: “Aquí estoy, y no vengo a rellenar, sino a liderar.” Un inicio de ensueño para un jugador que aterriza en un equipo campeón, con la titánica tarea de encajar y, quizás, incluso hacer olvidar a una leyenda. ¿Una misión imposible? Reijnders parece pensar lo contrario.
¿Quién es Tijjani Reijnders y por qué el City apostó por él?
Aterrizado en el Etihad Stadium procedente del AC Milan por una cifra cercana a los 75 millones de dólares, Reijnders no es un desconocido para los aficionados más avezados. Durante su etapa en Italia, y antes en el AZ Alkmaar, el neerlandés forjó una reputación de mediocampista total. Con 27 años, llega en la plenitud de su carrera, pero con margen para una evolución que, bajo la tutela de Pep Guardiola, promete ser fascinante. Los 15 goles en 54 partidos con el Milan la temporada anterior no son fruto del azar; son el testimonio de un jugador que entiende el ataque, que sabe leer los espacios y que no le teme al área rival.
La marcha de Kevin De Bruyne al Napoli, tras una etapa gloriosa en Manchester, dejó un vacío que muchos consideraban inabarcable. De Bruyne no era solo un pasador o un goleador; era el motor, el cerebro, el impredecible genio que desatascaba partidos. Buscar un `reemplazo natural` es, en sí mismo, un ejercicio de fe. Sin embargo, en Reijnders, los Citizens encontraron un perfil que, si bien distinto, comparte cualidades esenciales: una versatilidad táctica asombrosa. Capaz de desempeñarse como pivote profundo, interior todoterreno o incluso mediapunta, su llegada no solo llena un hueco, sino que redefine la ecuación del mediocampo.
La pieza encaja: Reijnders en el ajedrez táctico de Guardiola
La adaptación de Reijnders al esquema de Guardiola se antoja, en papel, casi perfecta. El técnico catalán valora por encima de todo la inteligencia táctica, la capacidad de los jugadores para ocupar y liberar espacios, y una visión de juego que trascienda la posición. En el partido contra los Wolves, Reijnders actuó como un mediocampista central con licencia para avanzar, conectando defensa y ataque con una fluidez que recordó, curiosamente, la labor de ese belga al que ahora se le compara. No es solo la capacidad de pasar el balón, sino la habilidad para moverse sin él, para arrastrar marcas, para generar superioridades numéricas en zonas clave.
“Guardiola, con su proverbial ojo clínico, detectó en Reijnders no solo un talento pulido, sino un diamante al que aún le quedan aristas por tallar.”
La Liga Italiana, con su énfasis táctico, fue una escuela excelente, pero la Premier League y el sistema del City son una universidad de élite. La expectativa es que Reijnders no solo mantenga su nivel, sino que lo eleve, aprendiendo los intrincados matices del `Juego de Posición` y las transiciones vertiginosas que caracterizan al fútbol de los Sky Blues.
Un futuro prometedor: la era post-De Bruyne ha comenzado
El camino es largo y la Premier League, implacable. El debut estelar es solo el primer capítulo de una historia que promete ser épica. La consistencia, la resistencia a la presión y la adaptación a un calendario exigente serán las verdaderas pruebas de fuego para Tijjani Reijnders. Pero si el primer acto es un indicativo, el Manchester City no solo ha encontrado un futbolista de élite, sino un posible nuevo ídolo, un orquestador capaz de dirigir la sinfonía de un equipo que aspira a seguir dominando.
La era post-De Bruyne ha comenzado, y con Reijnders al mando, la música suena prometedora. Quizás, solo quizás, la tarea de hacer olvidar lo inolvidable no sea tan imposible después de todo. Los aficionados ya respiran un aire de ilusión renovada. Y un poco de ironía, por supuesto, porque en el fútbol, como en la vida, lo predecible es a menudo lo más aburrido.