El balón rodó nuevamente en la Serie A, y el Giuseppe Meazza fue testigo de una declaración de intenciones que pocos olvidarán. El Inter de Milán, con una exhibición de poderío y una contundente “manita” (5-0) frente al Torino, no solo sumó sus primeros tres puntos, sino que también envió un mensaje claro a sus rivales: los Nerazzurri están de vuelta, con un hambre renovada y la mirada fija en el Scudetto.
Thuram, el `Goleador de Familia`, y su Idilio con el Gol
En una noche donde el colectivo brilló, Marcus Thuram se erigió como la figura estelar, con un doblete que confirmó su idilio con la portería granata. Parece que al delantero francés le sienta bien enfrentarse al Torino, acumulando ya seis goles contra ellos en la Serie A. Su actuación fue una mezcla de potencia, técnica y ese olfato goleador que tanto anhelaba la afición interista.
Pero la noche de Thuram no fue solo de goles, también de guiños familiares. Desde la grada, atentos a cada movimiento, se encontraban su padre, la leyenda Lilian Thuram, y su hermano, Khephren, un talentoso centrocampista de la Juventus. La imagen de Marcus celebrando con una dedicatoria hacia ellos fue conmovedora, aunque no exenta de una divertida ironía.
La pregunta inevitable flotaba en el ambiente: ¿estaba Khephren celebrando el éxito de su “hermanito” o, en el fondo, lamentando la amenaza que el Inter representa para las aspiraciones de la Vecchia Signora en la lucha por el Scudetto? El propio Marcus, con una sonrisa pícara, restó importancia a la rivalidad, afirmando que su hermano solo vino a apoyarlo. Sin embargo, uno no puede evitar la sospecha de que, quizás, una pequeña semilla de preocupación se sembró en el corazón juventino. Una rivalidad familiar en el fútbol italiano es siempre un plato bien servido, y la temporada apenas comienza.
Bastoni: Sin “Fracaso” y con Ganas de Demostrar
Acompañando a Thuram en el reparto de protagonistas, el defensor Alessandro Bastoni no solo contribuyó con un gol crucial, sino que también dejó titulares importantes en su entrevista post-partido. Con la jovialidad que lo caracteriza, Bastoni “ironizó” sobre el rendimiento de Thuram al final de la temporada pasada:
“Estoy contento por Marcus, que eligió los últimos seis meses de la temporada pasada para irse de vacaciones, pero nos alegra que haya vuelto.”
Un comentario con un trasfondo de camaradería y que subraya el hambre y la determinación de la plantilla. Pero más allá de las bromas, Bastoni aprovechó la oportunidad para desestimar categóricamente las etiquetas de “fracaso” que algunos aplicaron a la campaña anterior del Inter. Llegar a la final de la Champions League y quedarse a un solo punto del campeón de la Serie A no es, bajo ningún concepto, un fracaso, sino una muestra de resiliencia y calidad que pocos equipos pueden exhibir. Es la diferencia entre no alcanzar la gloria y no tener los medios para luchar por ella.
El mensaje de Bastoni fue claro: “Estábamos todos con muchas ganas de volver y demostrarnos a nosotros mismos que, a pesar de un final de temporada difícil, seguíamos con hambre y queríamos mostrar de lo que éramos capaces.” Una declaración de intenciones que resuena con la ambición de un equipo que, pese a las ausencias de trofeos en la última campaña, demostró estar a la altura de los desafíos más exigentes.
Un Inter Contundente y Aspiracional
La victoria del Inter no fue solo cosa de dos. Lautaro Martínez y el debutante Ange-Yoan Bonny completaron la goleada, demostrando la profundidad y la calidad del plantel. Los nuevos fichajes parecen haberse integrado a la perfección, aportando esa “chispa” necesaria y esa energía que todo equipo ambicioso requiere al inicio de una nueva aventura.
Este Inter de Milán ha enviado un mensaje claro y conciso: están de vuelta, con más hambre que nunca, y este 5-0 es solo el primer capítulo de lo que esperan sea una temporada llena de triunfos y, quizás, la redención en forma de Scudetto. El camino es largo y lleno de obstáculos, pero el primer paso ha sido majestuoso, una auténtica sinfonía de fútbol que ha puesto a soñar a toda la afición interista. Y, con exhibiciones como esta, ¿quién puede culparlos?