
Para millones, el fútbol es sinónimo de adrenalina, táctica y, a menudo, de resultados impredecibles. Pero para la Liga Portugal, el balón es también una poderosa herramienta de cambio social. En un compromiso que va más allá de los noventa minutos reglamentarios, la liga portuguesa, a través de su Fundación del Fútbol, se ha embarcado en una misión para impactar positivamente la vida de las comunidades y los individuos en Portugal.
Recientemente, en el Portugal Football Summit, en el panel «Fazer a Diferença» (Hacer la Diferencia), Susana da Silva Curto, Directora Ejecutiva de la Liga Portugal, articuló con claridad esta visión. Subrayó que el fútbol posee una capacidad única para amplificar mensajes, transmitiendo valores y principios que no solo llegan a la sociedad en su conjunto, sino que también actúan directamente sobre cada persona. Es una sinergia perfecta: la popularidad del deporte al servicio del bien común.
El Poder del Balón como Herramienta de Transformación Comunitaria
La Fundación del Fútbol no es una iniciativa testimonial; es un motor activo. «La Fundación busca tener una serie de acciones que aprovechan la fuerza del fútbol y su capacidad de amplificación del mensaje,» explicó Curto. Los números respaldan esta afirmación: más de 40 proyectos fueron desarrollados este año, llegando a miles de personas. Estos proyectos se gestan en estrecha colaboración con las Sociedades Deportivas, es decir, los clubes que integran la liga, garantizando así una implantación profunda y efectiva en diversas localidades.
La envergadura de este compromiso es verdaderamente notable. Durante el último año, las Sociedades Deportivas portuguesas realizaron más de 950 acciones de Solidaridad Social. Desglosando las cifras, la Liga Portugal Betclic sumó cerca de 500 iniciativas y la Liga Portugal Meu Super superó las 400. Como señaló la Directora Ejecutiva con una perspicacia digna de mención: «Es un tema más uniforme que la tabla clasificatoria de los equipos.» Una frase que, con una pizca de ironía, destaca el compromiso inquebrantable y compartido de todos los clubes con la responsabilidad social, un área donde, afortunadamente, no hay descensos ni ascensos, solo victorias colectivas.
Esta fuerte conexión con las comunidades es un pilar fundamental. No solo fortalece la imagen y la relación de los clubes con sus seguidores, sino que es esencial para atraer a más familias y jóvenes a los estadios, fomentando un ambiente de sana convivencia. Para asegurar la continuidad y efectividad de estos programas, cada Sociedad Deportiva cuenta con un «key contact» o punto de contacto clave, dedicado específicamente a la responsabilidad social.
«El 12º Jugador»: Forjando el Futuro en las Aulas
El compromiso de la Liga Portugal con la sociedad no se detiene en el presente; mira hacia el futuro con proyectos innovadores. Una de estas iniciativas, recientemente anunciada, es «El 12º Jugador» (12.º jogador). Este programa está diseñado para alumnos de séptimo a noveno año escolar y representa una colaboración estratégica con una impresionante variedad de instituciones: la PSP (Policía de Seguridad Pública), la GNR (Guardia Nacional Republicana), el Ministerio de Educación, la APCVD (Autoridad para la Prevención y el Combate a la Violencia en el Deporte) y la APAF (Asociación Portuguesa de Árbitros de Fútbol).
¿El objetivo de este ambicioso proyecto? Establecer, dentro del contexto escolar, un programa educativo, relacional y proactivo. La idea es utilizar el fútbol como un nexo para inculcar valores cívicos, promover el respeto mutuo y prevenir conductas problemáticas entre los jóvenes. «El 12º Jugador» es, en esencia, un reconocimiento de que el aficionado no es solo quien anima desde la grada, sino cada niño que, a través de la formación y el deporte, aprende a ser un miembro activo y positivo de su comunidad. Es un ejemplo palpable de cómo el fútbol puede ser una fuerza unificadora, trascendiendo las diferencias y construyendo un futuro mejor.
Conclusión: Más Que un Deporte, una Plataforma de Impacto Duradero
La Liga Portugal, a través de su Fundación del Fútbol, está marcando una pauta. Demuestra que una liga deportiva profesional puede y debe ser mucho más que una organización de competiciones. Se trata de construir puentes, educar a las nuevas generaciones y fomentar la solidaridad en cada oportunidad. El verdadero éxito de un campeonato, al final, no se mide solo en goles o títulos, sino en el impacto positivo y duradero que deja en la vida de las personas. En Portugal, el fútbol es, sin lugar a dudas, una poderosa plataforma para «hacer la diferencia».