Los fichajes recientes del Manchester United han dejado mucho que desear, especialmente durante la era de Erik ten Hag, quien intentó devolver al club a sus días de gloria.
Ten Hag gastó más de £600 millones en nuevos jugadores durante su tiempo como entrenador, pero no logró reclutar el talento necesario para llevar a los Red Devils de vuelta a la cima de la Premier League. En su última temporada, ganó la FA Cup pero terminó octavo en la liga.
Varios de sus fichajes no han rendido según lo esperado, como Antony y Casemiro, quienes costaron £86 millones y £70 millones respectivamente.
Christian Eriksen llegó gratis en 2022 y fue descrito por el ex director deportivo John Murtough como “uno de los mejores centrocampistas ofensivos de Europa”. Sin embargo, a sus 32 años y con un salario de £150,000 semanales, Eriksen ha perdido importancia en el equipo bajo el nuevo entrenador Ruben Amorim.
Con su contrato finalizando al término de la temporada, el mercado de enero podría ser la última oportunidad para que el United obtenga algún beneficio por su traspaso. Aunque ha sido un buen jugador de plantilla, si el club quiere mejorar, Amorim deberá tomar decisiones difíciles.
Vender a Eriksen en enero permitiría liberar salario y potencialmente recaudar fondos para nuevos fichajes que se ajusten mejor al proyecto del nuevo entrenador. Aunque ha aportado experiencia, su influencia en el campo ha disminuido y el United necesita renovar su plantilla para volver a la élite.