La búsqueda incansable de un extremo fiable se ha convertido en la auténtica novela de pretemporada para el Everton. Con la salida de figuras clave, el club de Goodison Park se ve en una encrucijada: ¿apostar por el talento emergente o ir a por un nombre consolidado, incluso si eso significa bailar con el diablo de los salarios estratosféricos?
El Vuelo Fallido de los Toffees en el Mercado
Tras despedirse de Jack Harrison y Jesper Lindstrom, quienes regresaron a sus clubes de origen después de sus cesiones, David Moyes, el estratega al mando de los Toffees, se enfrenta a la presión de reconstruir la amplitud ofensiva de su plantilla. Y, seamos sinceros, el camino ha sido más espinoso de lo esperado.
Primero, fue Malick Fofana, la joven promesa del Lyon. Con una oferta de 31.5 millones de libras sobre la mesa, el talentoso extremo decidió que su futuro estaba más alineado con la melodía de la Champions League que con la lucha por la permanencia en la Premier League. Una preferencia perfectamente comprensible para el jugador, aunque dolorosa para los planes de Moyes.
Luego, apareció el nombre de Takefusa Kubo, la perla japonesa de la Real Sociedad. Su fichaje, sin duda, sería un golpe de efecto, pero la cláusula de rescisión de 51.9 millones de libras, más propia de un club de élite que de uno en apuros económicos, parece innegociable. Un muro financiero que no hace sino frustrar las ambiciones de los Blues.
Y por si fuera poco, Assane Diao, del Como (ex-Real Betis), también entró en la ecuación, pero la competencia por su firma es tan feroz como una disputa por el último trozo de tarta en una reunión familiar. El Everton se ha encontrado con un mercado saturado de tiburones y peces gordos, dejando poco espacio para los que nadan contracorriente.
Tyler Dibling: ¿Promesa o Necesidad Urgente?
En medio de este torbellino, surge el nombre de Tyler Dibling, el joven de 19 años del Southampton. El Everton ya puso sobre la mesa una oferta de 27 millones de libras, que fue rechazada sin contemplaciones. Dibling es un “luchador”, como bien definen sus admiradores, un jugador con una agresividad natural y una capacidad de desborde que lo hace atractivo en el fútbol moderno. Su carrera directa, más que su intrincado juego de pases, lo convierte en un perfil valioso para el ataque.
Pero aquí viene el dilema existencial para el Everton: Dibling, a pesar de su prometedor futuro y el interés de grandes clubes europeos, sigue sin probarse al más alto nivel. Y las necesidades inmediatas de los Toffees no solo demandan promesa y potencial, sino resultados tangibles, ¡y rápido!
Jack Grealish: La Apuesta por la Experiencia y el Desparpajo
Es entonces cuando, en esta rocambolesca búsqueda, irrumpe un nombre que resuena con la fuerza de un trueno en un día despejado: Jack Grealish. El internacional inglés de 29 años, hasta hace poco figura prominente en el Manchester City, se ha convertido en el epicentro de las especulaciones sobre el futuro del Everton.
Marginado de la plantilla del Mundial de Clubes del City el pasado diciembre y luchando por encontrar minutos de juego consistentes, Grealish está, al parecer, disponible para un traspaso. La noticia es una bendición a medias, porque si bien su talento es innegable, su salario de 300.000 libras semanales es un elefante en la habitación para cualquier club que no sea de la élite europea.
Sin embargo, según reportes, el Everton está dispuesto a realizar una oferta de cesión sustancial, y el optimismo en Merseyside es palpable. Y es que Grealish es un activo mayúsculo. Su versatilidad le permite operar tanto como extremo como mediocampista ofensivo, ofreciendo a Moyes una flexibilidad táctica que el equipo ha echado de menos desesperadamente.
Un Motor Creativo con Etiqueta de Campeón
Los números hablan por sí solos. Durante la temporada 2022/23, en la que el City logró el triplete, Grealish fue un auténtico motor creativo. Según datos de FBref, promedió 6.27 conducciones progresivas por cada 90 minutos y generó 4.55 acciones que creaban remates. Su tasa de pases completados fue un impresionante 84.1%, y tocaba el balón casi 34 veces por partido en el último tercio del campo. Este tipo de influencia y creatividad es, precisamente, lo que el Everton necesita como el aire para respirar.
Esta declaración de Pep Guardiola encapsula a la perfección el espíritu de Grealish: un futbolista con carácter, que no se amilana ante la adversidad. Y si algo necesita el Everton en este momento, es un luchador con talento, alguien que no solo aporte calidad, sino también esa garra necesaria para levantar un proyecto y sacarlo del pozo de la inestabilidad.
¿La Solución Definitiva o un Parche Lujoso?
La comparación entre Dibling y Grealish es la de la promesa frente a la realidad. Mientras Dibling representa una inversión a futuro, Grealish es la solución inmediata, un salto de calidad contrastado que podría transformar la dinámica ofensiva del Everton de la noche a la mañana. Sí, su coste es elevado, pero la cesión podría ser la fórmula mágica que permita a los Toffees beneficiarse de su clase sin hipotecar el futuro del club. El camino del Everton en este mercado de fichajes es un claro ejemplo de que, a veces, para encontrar la pieza que encaje, hay que buscar en los lugares más inesperados, incluso si esos lugares están llenos de estrellas con salarios de otra galaxia.