El mediocampista alemán Julian Draxler, una vez considerado una de las promesas más brillantes del fútbol europeo, ha roto su silencio sobre el complicado período que vivió en el Benfica. Lo que para muchos fue un simple paso en falso, para Draxler significó un punto de inflexión donde incluso contempló el adiós definitivo a su pasión. Sin embargo, su historia es también un testimonio de resiliencia y de cómo la felicidad puede encontrarse en los lugares menos esperados.
La Parada Olvidable en Lisboa: Cuando el Talento no fue Suficiente
La llegada de Julian Draxler al Benfica, cedido por el Paris Saint-Germain en la temporada 2022/23, se anunció con bombos y platillos. Se esperaba que el internacional alemán, con 58 partidos con su selección y un palmarés que incluye un Mundial, una Copa Confederaciones, múltiples títulos de liga y copa en Francia, y una Copa de Alemania, se convirtiera en una de las grandes estrellas de la Primeira Liga. Sin embargo, la realidad fue muy diferente.
Su paso por el club lisboeta se resume en números discretos: apenas 18 partidos disputados y solo 2 goles, uno en la goleada 5-0 al Marítimo y otro en la victoria 3-2 sobre el Estrela da Amadora en la Taça da Liga. Para un jugador de su calibre, acostumbrado a ser protagonista en ligas de primer nivel como la Bundesliga y la Ligue 1, este rendimiento fue, sin duda, decepcionante.
¿Qué falló en la ecuación? El propio Draxler, en una reciente entrevista con el diario francés `Le Parisien`, desveló la clave: las lesiones. “Nunca tuve el ritmo necesario para reencontrar mi nivel”, confesó. Una verdad sencilla y brutal: el físico, ese compañero inseparable y a veces traicionero del deportista de élite, le jugó una mala pasada en un momento crucial de su carrera.
Al Borde del Abismo: La Lucha Mental de un Campeón
Las lesiones no solo afectan el cuerpo; erosionan la mente. La frustración de no poder rendir al nivel esperado, de no encontrar el “ritmo” que define a un futbolista de élite, llevó a Draxler a un punto crítico. La confesión de que “llegó a pensar en terminar la carrera” después de su etapa en el Benfica es un eco potente de la batalla interna que libró.
Este tipo de momentos son comunes en la vida de un deportista, aunque raramente se revelen con tanta crudeza. La presión de las expectativas, sumada a la incapacidad física, puede ser un cóctel explosivo. Cuando regresó al PSG tras su cesión en 2023, la situación no mejoró: el club parisino le dejó claro que no contaban con él. Una doble bofetada: fracaso en el campo y rechazo en casa. “Sentí que el final podía estar llegando”, admitió.
Es aquí donde la historia de Draxler toma un giro inesperado. Lejos de la élite europea, de los estadios repletos y los focos mediáticos, encontró un “proyecto que le llamara la atención” en el fútbol de Catar.
El Amanecer en Catar: Un Nuevo Inicio Lleno de Goles y Felicidad
La decisión de unirse al Al Ahli de Catar fue, para muchos, el signo de que Julian Draxler se había resignado a una “retirada dorada” lejos de la competencia feroz. Sin embargo, la historia nos enseña que a veces, la distancia de los focos permite una sanación y un resurgir impensables. Si bien su primer año en Catar fue “un poco complicado” –como si la adaptación a un nuevo continente y estilo de vida fuera un simple trámite–, la temporada pasada fue, en sus propias palabras, “genial”.
Los números hablan por sí solos: en 22 partidos con el Al Ahli SC, Draxler anotó 12 goles y repartió 7 asistencias. Un rendimiento espectacular que dista mucho de su etapa en Portugal y que llevó al club qatarí a renovar su contrato hasta 2028. De considerar el retiro a firmar una extensión de contrato por varios años, el contraste es abrumador.
Quizás la ironía de su carrera es que, para reencontrarse a sí mismo y a su mejor fútbol, Draxler tuvo que alejarse de las ligas que una vez lo consideraron una estrella. En Catar, ha encontrado algo más valioso que la gloria europea: “Me siento realizado en mi vida familiar, como padre, marido y jugador. Estoy muy feliz en Catar”, afirmó. La tranquilidad, el disfrute del juego y la estabilidad personal han sido los ingredientes de esta segunda juventud futbolística.
Conclusión: Más Allá de los Títulos, la Realización Personal
La trayectoria de Julian Draxler es un recordatorio de que la carrera de un futbolista no es una línea recta ascendente, sino una montaña rusa de altibajos, lesiones y batallas mentales. Su historia en el Benfica fue un capítulo amargo, pero que, paradójicamente, lo llevó a reevaluar sus prioridades y a encontrar la felicidad en un entorno diferente.
Al final, no se trata solo de cuántos títulos se ganan o en qué liga se juega. Para Julian Draxler, el verdadero éxito ha sido superar la adversidad, recuperar la confianza y encontrar un lugar donde su pasión por el fútbol se combine armoniosamente con su realización personal y familiar. Y eso, para un campeón del mundo, es una victoria que vale más que cualquier trofeo.