Fue el momento polémico del partido. En el minuto 25, Bradley Barcola se acercaba a la portería. Ibrahima Konaté fue superado. Hubo contacto entre ambos jugadores cuando el primero golpeó por detrás a su compañero de selección. El árbitro Davide Massa no pitó falta. El VAR no señaló un error claro y manifiesto, por lo que no se concedió ni tarjeta roja ni penalti.
El París Saint-Germain se indignó tras perder 1-0 en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA en el Parque de los Príncipes la semana pasada. Se vio al director deportivo, Luís Campos, protestando al árbitro en el descanso, exigiendo la tarjeta roja o el penalti por la entrada de Konaté.
Konaté, en declaraciones a Canal Plus, reaccionó al polémico momento tras el partido. “Hubo una revisión del VAR. Si hubiera habido un empujón, como dices, me habrían mostrado una tarjeta roja. Te digo que no hubo falta. Es verdad que soy muy fuerte, pero no apliqué fuerza, solo puse mi brazo. Si hubiera puesto mucha más fuerza, entonces podríamos hablar de ello… pero fue suave por mi parte”, dijo.
Sin embargo, eso no refleja su discurso en privado. Según Le Parisien, Konaté ha admitido a sus allegados, en privado, que merecía la tarjeta roja por la entrada.