La temporada actual de la Serie A italiana aún no tiene un campeón definido. La emocionante contienda por el título continúa entre el Nápoles y el Inter de Milán. Ambos equipos resolvieron con éxito sus compromisos del pasado fin de semana, manteniendo inalterada la situación en la cima de la tabla. El equipo partenopeo lidera con 77 puntos, manteniendo una ventaja de tres puntos sobre los nerazzurri, que se sitúan en segunda posición con 74. Aunque el panorama parece ventajoso para el club del sur de Italia, no pueden relajarse a falta de solo tres jornadas para el final del campeonato. Los dirigidos por Antonio Conte tienen el Scudetto al alcance de la mano, mientras que el Inter necesita al menos un tropiezo de su rival directo. Faltan solo tres fechas para decidir al campeón. Todo o nada para Nápoles e Inter.
El Inter Cumple su Objetivo Pese a las Amplias Rotaciones
En la mente del Inter de Milán pesaba más el decisivo partido de vuelta de las semifinales de la Champions League del próximo martes que el encuentro liguero que debían afrontar anoche frente al Hellas Verona. Ambos, sin embargo, revestían gran importancia.
Un nuevo tropiezo en la Serie A habría complicado enormemente sus aspiraciones al título. Después de dos derrotas consecutivas por 1-0 (primero como visitante ante el Bolonia y luego en casa frente a la Roma), un tercer resultado negativo hubiera sido letal. Esas dos jornadas sin sumar puntos no solo les hicieron perder la ventaja de tres puntos que tenían sobre el Nápoles, sino que ahora son ellos quienes están tres puntos por debajo. Una racha de 0 de 6 puntos sumamente dolorosa.
Anoche, el técnico Simone Inzaghi optó por reservar la mayor cantidad de energía posible de cara al duelo europeo, realizando una rotación masiva de 10 de los 11 jugadores titulares que habían jugado el miércoles anterior. Solo Bisseck repitió en la alineación titular respecto al equipo que se enfrentó al FC Barcelona. Diez cambios de un partido a otro es un hecho que no se veía en el Inter desde hacía una década. El partido se puso rápidamente a su favor. A los nueve minutos, Arnautovic provocó una mano dentro del área por parte de Valentini; el árbitro no dudó en señalar penalti, y Asllani, desde los once metros, anotó el 1-0 que a la postre sería el resultado definitivo.
A pesar de ir por debajo en el marcador, el Verona apenas generó peligro en la portería defendida por Josep Martínez. El conjunto gialloblu se mostró plano y sin demasiado en juego, prácticamente salvado con seis puntos de ventaja sobre el descenso y solo nueve puntos por disputarse. El Inter logró cumplir todos sus objetivos: regresar a la senda del triunfo en liga, mantenerse cerca del Nápoles y gestionar las cargas físicas pensando en la Champions League.
El Nápoles Sigue Dando Pasos Firmes Hacia el Título
Apenas unas horas antes del triunfo interista, el Nápoles hizo lo propio al imponerse a domicilio al Lecce. Una sufrida victoria por 0-1 para los hombres de Conte que los acerca de manera significativa al trofeo de la Serie A. Con solo tres jornadas restantes, el equipo sureño necesita sumar 7 de los 9 puntos en disputa, y su calendario invita al optimismo. Tienen dos partidos en casa, en el Estadio Diego Armando Maradona, contra el Genoa (13º) y el Cagliari (14º), y uno como visitante frente al Parma (16º).
A los dos minutos de juego, Lukaku había marcado el primer gol de la tarde tras un buen centro raso de Politano; sin embargo, la anotación fue anulada por el VAR debido a fuera de juego. El tanto que sí subió al marcador fue el de Raspadori en el minuto 24. El delantero sorprendió al portero Falcone colando el balón por su palo en un potente disparo de falta directa.
El Nápoles consiguió ponerse por delante en el electrónico y ya no dejaría escapar los tres puntos. Un triunfo crucial que acerca a los partenopei a conseguir el cuarto Scudetto de su historia, el segundo desde la era post-Maradona, tras el logrado en el año 2023.