El fútbol, como la vida misma, es un ciclo de expectativas y realidades, de caídas y resurgimientos. Y para la selección italiana, la realidad reciente había sido agridulce, por no decir amarga. Tras un inicio titubeante en las eliminatorias para el Mundial 2026, que incluso costó el puesto a Luciano Spalletti, la Azzurra se encontraba en una encrucijada. Entra en escena Gennaro Gattuso, un hombre que no necesita presentación en el Olimpo del fútbol italiano, conocido por su carácter indomable y su pasión inquebrantable. Su debut en el banquillo, ante una Estonia a priori inferior, no era solo un partido más, sino la oportunidad de reiniciar el contador emocional y táctico.
El telón se levantó en el Stadio di Bergamo, con la presión palpable pero con la convicción de que este equipo, bajo el nuevo liderazgo, tenía que mostrar una cara diferente. No solo era ganar, era convencer, generar entusiasmo, y recordarle a Noruega (líder del grupo) que Italia no pensaba regalar ni un milímetro en la carrera hacia el Mundial.
Gattuso y la Apuesta por el Atrevimiento
Desde el primer minuto, la influencia de Gattuso se hizo evidente. La elección de una formación 4-2-3-1, con cuatro atacantes de peso (Kean, Retegui, Zaccagni y Politano), fue una declaración de intenciones clara: Italia salía a morder, a dominar, a no especular. Como el propio `Rino` admitiría después, “jugamos con dos delanteros, sabíamos que podíamos conceder algunos contraataques, porque queríamos atacar y eso significa asumir algunos riesgos a este nivel.” Una dosis de realismo, sí, pero también de confianza en que la balanza se inclinaría a su favor.
Los primeros 45 minutos fueron un monólogo italiano, un asedio constante al área estonia. Ocasiones, llegadas, combinaciones… solo faltaba lo más importante: el gol. El guardameta estonio, Hein, se erigía en un muro, frustrando una y otra vez los intentos de la Azzurra. La afición, entre el aplauso y el suspiro, comenzaba a recordar viejos fantasmas de partidos dominados pero no sentenciados. Sin embargo, la actitud, esa palabra tan querida por Gattuso, estaba allí.
El Vendaval Goleador del Segundo Tiempo
Pero el fútbol es caprichoso y la paciencia, una virtud. Lo que la primera mitad prometió, la segunda lo entregó con creces. El dique estonio no tardaría en romperse y, una vez abierto, la avalancha sería imparable:
- Minuto 58 – Moise Kean abre la lata: La combinación perfecta. Un centro preciso de Dimarco, un sutil toque de tacón de Retegui y Kean, en el segundo palo, no perdona con un cabezazo certero. La liberación, por fin. El alivio en Bergamo era casi palpable.
- Minuto 69 – Mateo Retegui, el artista del espacio: ¡Se lo merecía! Retegui recibe al borde del área, se asocia con Raspadori, y con una ejecución de billar, coloca el balón en el poste inferior. No fue un disparo potente, sino una obra maestra de precisión. Un gol que resume su incansable trabajo en el campo.
- Minuto 71 – Giacomo Raspadori se suma a la fiesta: Asistencia y gol en apenas 90 segundos para Raspadori. Politano llega a la línea de fondo, levanta un centro y el ex compañero de Raspadori en el Napoli cabecea a placer desde ocho metros. La goleada empezaba a tomar forma.
- Minuto 89 – Doblete de Retegui, el ariete infatigable: Un balón largo encuentra a Cambiaso por la izquierda, quien controla magistralmente y centra para que Retegui, con un potente cabezazo en el primer palo, marque su segundo tanto de la noche. Un premio merecido a su entrega.
- Minuto 92 – Alessandro Bastoni cierra la cuenta: Un córner en corto, un centro flotado de Raspadori y Bastoni, en el segundo palo, cabecea para poner el 5-0 definitivo. Un broche de oro para una actuación memorable.

La Filosofía Gattuso: Actitud, Trabajo y Entusiasmo
El pitido final trajo consigo una ovación merecida. Italia había goleado, convencido y, lo más importante, había transmitido una energía renovada. Gennaro Gattuso, con su semblante serio pero satisfecho, no escatimó en elogios para sus pupilos.
“Tenemos que agradecer a los chicos por la actuación, porque solo nos faltó un gol en la primera mitad,” declaró Gattuso. “Los chicos han mostrado una gran actitud en estos días, trabajaron muy duro. El primer partido está hecho, se merecen todo el crédito, y ahora tenemos que prepararnos para el próximo encuentro.”
“Todos saben que amo a un equipo que lucha duro, porque puedes cometer errores, pero necesitas la actitud correcta. Ahora nos preparamos para el lunes.”
Y es precisamente esa actitud de “lucha”, la impronta de Gattuso, la que se espera que permee en cada partido. La victoria no solo es importante por los tres puntos, sino por el mensaje que envía: la Azzurra está viva y lista para pelear. La tarea ahora es mantener esa llama encendida.
Mirando Hacia Adelante: El Camino al Mundial
Con este triunfo contundente, Italia se posiciona mejor en el grupo, aunque sigue mirando de reojo a Noruega. La victoria 4-0 de Israel sobre Moldavia en paralelo mantiene a los israelíes en el segundo puesto, justo por delante de Italia. Esto significa que el próximo enfrentamiento, el lunes 8 de septiembre contra Israel, será absolutamente crucial. Un partido que no solo definirá posiciones, sino que será una verdadera prueba de fuego para la era Gattuso.
La goleada a Estonia es más que un resultado; es un soplo de aire fresco, una inyección de confianza y, quizás, el inicio de un resurgimiento. La afición italiana, conocida por su pasión y su exigencia, ya empezaba a soñar con el Mundial 2026. Con Gennaro Gattuso al timón y una plantilla que parece haber recuperado el apetito goleador, el camino promete ser, como mínimo, emocionante.