La victoria siempre es dulce, especialmente cuando es sufrida y te mantiene en la cima de la liga. Sin embargo, el reciente triunfo del FC Barcelona en Butarque (0-1) llegó con una sombra inesperada: la lesión de Alejandro Balde. El joven lateral izquierdo, una pieza vital en el esquema azulgrana, tuvo que abandonar el campo en el minuto 40, dejando un sabor amargo en una noche que debería haber sido de pura celebración.
Balde, conocido por su **explosividad** y su capacidad para desbordar por la banda, sintió molestias tras una jugada intensa. Las primeras evaluaciones en el vestuario no eran optimistas, y la preocupación se cernía sobre el cuerpo técnico y la afición. La confirmación oficial llegó poco después, revelando una “lesión distal del bíceps femoral del muslo izquierdo”.
El diagnóstico, en términos menos técnicos, apunta a un problema muscular que suele ser bastante delicado, especialmente para un jugador cuya mayor virtud es, precisamente, su potencia física. Las estimaciones iniciales colocan su tiempo de baja en al menos tres semanas, lo que proyecta su posible regreso hacia principios de mayo.
Y aquí es donde la noticia se vuelve realmente amarga. Si los plazos se cumplen, Balde se perdería varios encuentros importantes, incluyendo duelos ligueros y la vuelta de cuartos de final de la Champions. Pero el verdadero quebradero de cabeza, el partido que todos temen que se pierda, es la **final de la Copa del Rey** contra el eterno rival, el Real Madrid, fijada para el 26 de abril.
La sola idea de no contar con Balde en un Clásico de la dimensión de una final copera es un golpe para el Barça. El jugador, con más de 3000 minutos en sus piernas esta temporada (un dato que subraya su importancia y, quizás, la carga de trabajo), intentará, sin duda, acelerar su recuperación. Sin embargo, en el club reina la **prudencia**. Forzar el regreso de una lesión de bíceps femoral en un futbolista de su perfil sería arriesgado, pudiendo derivar en una recaída que sería catastrófica.
La ausencia de Balde abre, inevitablemente, un debate sobre quién ocupará el lateral izquierdo. En el partido donde se lesionó, el canterano **Gerard Martín** fue el elegido para suplirle. Y, para sorpresa y alivio de muchos, **cumplió con creces**. Gerard mostró un rendimiento sólido, sin aspavientos, concentrado en defensa y sumando en ataque de forma inteligente. De hecho, participó en la recuperación que originó el gol de la victoria. Su actuación fue una **nota positiva** dentro de la mala noticia, demostrando que está listo para asumir responsabilidades si es necesario.
Aunque Gerard Martín parece la opción más natural, el entrenador Hansi Flick podría considerar otras alternativas, como la de “improvisar” colocando a un central en esa posición. Nombres como **Araújo** o **Iñigo Martínez** podrían ser valorados, aunque esta solución siempre implica sacrificar parte de la proyección ofensiva que Balde aporta.
En definitiva, la lesión de Balde es un contratiempo significativo para el FC Barcelona en un tramo decisivo de la temporada. Si bien la plantilla cuenta con opciones para cubrir su baja, ninguna ofrece exactamente las mismas características. La esperanza es que la recuperación sea lo más rápida y segura posible, pero la amenaza de perderse la gran final de Copa es una realidad que, a día de hoy, pende sobre el joven defensa.