El fútbol portugués no para, ni siquiera en el mercado de fichajes. Y parece que en la Reboleira, sede del Estrela da Amadora, la consigna es clara: mover el árbol con fuerza. Lejos de los habituales retoques veraniegos, lo que se cuece en el club es una auténtica “revolución” de plantilla, un término que, aunque pueda sonar grandilocuente, empieza a cobrar sentido al ver la lista de jugadores que hacen las maletas.
La “puerta de salida” en el Estrela está más concurrida que nunca. El defensa central Ferro, con pasado en el Benfica, es uno de los nombres sonados que ya no continuará en el equipo. Su partida es solo la punta del iceberg de una operación de limpieza y reconstrucción que busca darle una nueva cara al conjunto tricolor.
Pero la lista de bajas confirmadas o prácticamente cerradas no termina ahí. Según informaciones cercanas al club, otros tres futbolistas se suman a Ferro en esta diáspora estival. Se trata de Rúben Lima, Renato Pantalon y el argentino Alan Ruiz.
Rúben Lima defendió los colores del Estrela durante dos temporadas, convirtiéndose en un rostro familiar para la afición. Por su parte, Renato Pantalon y Alan Ruiz llegaron al club la temporada pasada, lo que significa que su paso por la Reboleira ha sido, cuanto menos, breve y sin demasiado arraigo. El fútbol tiene estas cosas: a veces llegas para echar raíces y otras, simplemente, estás de paso.
En este baile de salidas, el futuro de Jovane Cabral también se presenta incierto. Aunque el jugador ha iniciado la pretemporada con normalidad junto al resto de sus compañeros, su continuidad no está garantizada. Siempre presente en estas épocas, la frase mágica “si llega una buena propuesta” planea sobre su cabeza. Es el clásico comodín del mercado que deja a jugadores y aficionados en vilo hasta el último día, una especie de espada de Damocles futbolística.
En definitiva, el Estrela da Amadora se encuentra en pleno proceso de metamorfosis. Desprenderse de cuatro jugadores (y posiblemente un quinto) no es un cambio menor, es un reset en toda regla. Ahora la incógnita reside en quiénes serán los elegidos para ocupar esos puestos y cómo encajarán en el nuevo proyecto. Los aficionados de la Reboleira tendrán que armarse de paciencia y observar con atención cómo se va construyendo el equipo que competirá en la próxima Primeira Liga. El verano promete ser movido, o como dirían algunos, revolucionario.