Aunque Georges Mikautadze acaparó la atención en el FC Metz la temporada pasada, otro joven talento emergió silenciosamente: Lamine Camara. Este producto de la prestigiosa academia Génération Foot en Senegal dejó una huella imborrable en su debut en la Ligue 1, ganando el premio al Jugador Joven de la Temporada.
Camara, un centrocampista infatigable con visión de juego y capacidad creativa, destacó en un Metz que luchaba por evitar el descenso, proporcionando cinco asistencias. Su confianza quedó patente cuando marcó un gol desde su propio campo contra el AS Monaco, equipo que luego lo ficharía.
En el Principado, Camara ha asumido un papel crucial junto al experimentado Denis Zakaria. Menos llamativo que Youssouf Fofana pero más progresista que Mohamed Camara, Lamine aporta equilibrio al mediocampo del Monaco. Su estilo enérgico se refleja en las siete tarjetas amarillas que ha recibido, las más en la Ligue 1, pero su posicionamiento inteligente y reacción rápida son vitales para el sistema ofensivo del equipo.
Zakaria elogió a Camara como un jugador “muy dinámico con gran capacidad atlética” que facilita el trabajo de sus compañeros. Aunque quizás sea el elemento más subestimado de este joven y emocionante equipo del Monaco, su talento no ha pasado desapercibido: Camara ha sido nombrado Jugador Joven del Año de la CAF por segundo año consecutivo, confirmando su estatus como una de las promesas más brillantes del fútbol africano.