Cada año, al inicio de la temporada de la Ligue 1, la misma pregunta resuena con insistencia en los círculos futbolísticos de Francia y más allá: ¿emergerá por fin un contendiente creíble capaz de desafiar la hegemonía del Paris Saint-Germain? La respuesta, para frustración de muchos, suele ser un rotundo no. Desde la adquisición del club capitalino por parte de QSI en 2011, solo tres equipos han logrado la hazaña de arrebatarles el título: el Montpellier HSC (11/12), el AS Mónaco (16/17) y el Lille OSC (20/21). Una élite muy selecta, si se quiere.
Con solo cinco jornadas disputadas, el telón de esta nueva campaña apenas comienza a levantarse, y el panorama, como es costumbre, está teñido de incertidumbre. El PSG se encuentra empatado a puntos con Mónaco, Olympique Lyonnais y RC Strasbourg Alsace. Una situación que, a primera vista, podría sugerir una competencia más reñida de lo habitual. Sin embargo, la historia nos ha enseñado a ser cautelosos con los optimismos prematuros.
Por ahora, ningún candidato ha alzado la voz con la autoridad suficiente para postularse como el gran oponente. Y quizás, como ocurrió la temporada pasada y la anterior, ningún equipo lo hará. Pero hay una tendencia que se afianza con cada jornada: por debajo de Les Parisiens, existe un conglomerado de equipos muy competentes, todos ellos en un nivel similar de calidad, apretujados en la clasificación. La carrera por Europa, al menos, promete ser vibrante.
La Belleza de lo Imperfecto: Los “Perseguidores” del PSG
Esta dinámica no es nueva; ha sido una constante en la Ligue 1 durante las últimas temporadas, donde las plazas para la UEFA Champions League se han decidido por un suspiro. La campaña anterior, por ejemplo, vio al OGC Niza y al Lille quedarse a un solo punto del Mónaco, que logró aferrarse a la última plaza de clasificación directa. Y todo apunta a que la presente temporada seguirá el mismo guion, con el “pack” de perseguidores incapaces de pulir sus imperfecciones durante el verano. Una constante que, para el aficionado neutral, añade un toque de encanto.
AS Mónaco y Olympique de Marsella: Ataque de ensueño, defensa de cristal
Tanto Mónaco como Marsella continúan siendo conjuntos impresionantes en ataque, capaces de generar ocasiones con una facilidad pasmosa. No obstante, su fragilidad defensiva es, por decirlo suavemente, notoria. Los del Principado aún no han logrado mantener su portería a cero en ninguna competición hasta la fecha. El Marsella, por su parte, solo lo ha conseguido contra un FC Lorient con diez hombres, lo cual, sin restarle mérito, no es precisamente un sello de solidez inquebrantable.
En el Mónaco, la llegada y el debut de un jugador como Ansu Fati, quien ya ha dejado su impronta con un doblete en su primer partido liguero, es un claro indicio de su vocación ofensiva. Sin embargo, si no logran equilibrar la balanza entre la exuberancia en la punta y la disciplina en la zaga, sus aspiraciones se antojan limitadas.
RC Strasbourg Alsace: ¿Los “nuevos ricos” con alma antigua?
El Estrasburgo se ha sumado al selecto club de los “nuevos ricos” del fútbol francés, convirtiéndose en el equipo que más ha gastado en el mercado. Sin embargo, viejas heridas relacionadas con su modelo de propiedad multi-club han resurgido. A pesar de haber ganado casi todos sus partidos de Ligue 1 (salvo una derrota por 3-2 ante Mónaco), el equipo da la sensación de seguir en primera marcha, imponiéndose en todos sus encuentros por la mínima diferencia. Una eficacia que se agradece, pero que también levanta sospechas sobre su capacidad para mantener el ritmo contra rivales de mayor envergadura.
Olympique Lyonnais: De la opulencia a la austeridad
El Lyon, en un giro del destino, se ha convertido en una suerte de “nuevo pobre”. Su política de austeridad ha llevado a la salida de figuras clave como Georges Mikautadze, Rayan Cherki y Lucas Perri. Paulo Fonseca, su técnico, ha logrado transformar al equipo en uno de los más difíciles de batir (junto al PSG), con Les Gones manteniendo su portería a cero en todos los partidos salvo uno (una derrota por 3-1 ante el Stade Rennais). Lo que han ganado en solidez defensiva, lo han perdido, lamentablemente, en el ímpetu atacante. Un dilema clásico para un equipo en reconstrucción.
¿La Oportunidad Perdida? Las Vulnerabilidades del PSG
Existe una cierta ironía en la situación actual de esta temporada: se percibe como aquella en la que el PSG podría estar en su punto más vulnerable. La plantilla de Luis Enrique, a pesar de ser la única invicta en la liga, muestra signos de fatiga y fisuras incipientes, consecuencia de la incesante carga de trabajo de la temporada anterior. Las actuaciones, aunque a menudo estelares, no siempre esconden una maquinaria perfecta.
Ya han sufrido lesiones de diversa gravedad Ousmane Dembélé, Désiré Doué, João Neves y Bradley Barcola. Si bien la profundidad y flexibilidad de la plantilla son envidiables, luchar en tres frentes a lo largo de la temporada es una tarea titánica. Si alguna vez hubo un momento para presionar al PSG, es este. No obstante, por ahora, debemos esperar y ver si alguno de los aspirantes está realmente dispuesto a asumir el desafío, o si se conforman con el emocionante pero secundario papel de “el mejor de los demás”.
La Ligue 1, Más Allá del Título
Incluso si el título de liga parece, por enésima vez, destinado a la capital, la Ligue 1 no está exenta de su propia dosis de drama y emoción. Los subargumentos de cada jornada son un espectáculo en sí mismos, y el fútbol francés rara vez defrauda en cuanto a narrativas apasionantes:
- El siempre explosivo Le Classique entre PSG y Marsella, pospuesto por una alerta meteorológica, acabó coincidiendo con la ceremonia del Balón de Oro. Un choque de titanes, tanto en el campo como en la agenda mediática.
- La goleada 5-2 del Mónaco al recién ascendido FC Metz, con la irrupción estelar de Ansu Fati. Un recordatorio de que en el Principado hay talento para soñar, al menos con el podio.
- La derrota del Lille por 3-0 ante su rival local, el RC Lens, en el Derby du Nord. Una oportunidad perdida para los “Dogos” de escalar a la cima provisional de la tabla, con el exjugador (que nunca los representó) Florian Thauvin en la lista de goleadores. Un golpe de realidad que demuestra que en los derbis, la lógica a menudo se toma un descanso.
En definitiva, la Ligue 1 sigue siendo un campeonato con una personalidad propia. La pregunta sobre el campeón se repite, la respuesta se resiste a cambiar, pero el camino hasta esa conclusión está siempre lleno de historias que vale la pena contar. Quizás este año, entre lesiones y oportunidades, la historia tenga un giro inesperado. O quizás, simplemente, el PSG siga siendo el inamovible coloso de Francia. En el fútbol, como en la vida, la paciencia es una virtud.