El once del Nacional antes del partido.
El fútbol, ese deporte que a veces parece escrito por un guionista de Hollywood con una fijación por los giros dramáticos, nos ha regalado otra noche para el recuerdo. En la octava jornada de la I Liga portuguesa, el Nacional de Madeira protagonizó una remontada de esas que hacen levantar al público de sus asientos, venciendo al Moreirense por 3-2 en un partido que lo tuvo todo: goles tempraneros, penaltis, expulsiones y, sobre todo, una voluntad inquebrantable.
El resultado no solo significó tres puntos para los «alvinegros», sino también un salto provisional al 7º puesto de la clasificación con 10 puntos, dejando al Moreirense en la 5ª posición con 15. Un verdadero festín para los amantes de las emociones fuertes.
Un Inicio de Pesadilla para los Locales
El Moreirense, o los «Cónegos» como se les conoce cariñosamente, no perdieron el tiempo en el Estádio da Madeira. Prácticamente salieron del vestuario con el gol bajo el brazo. Apenas transcurrían cuatro minutos cuando el joven Vasco Sousa, cedido por el FC Porto, inauguró el marcador. Una jugada bien hilvanada entre Diogo Travassos y Dinis Pinto terminó con un centro raso que Sousa desvió con acierto a la red. El plan inicial del Moreirense parecía funcionar a la perfección, dejando al Nacional con una mirada de «¿y ahora qué?».
Sin embargo, el fútbol es un juego de resiliencia. El Nacional no se descompuso y, justo antes del descanso, encontró su oportunidad para respirar. Un brazo indiscreto de Vasco Sousa dentro del área, en un lapso de concentración, fue señalado como penalti. Chuchu Ramírez no titubeó, convirtiendo la pena máxima en el minuto 42 y enviando a ambos equipos al vestuario con un empate a uno que prometía una segunda parte electrizante.
El Carrusel Emocional de la Segunda Parte
Si la primera mitad fue un aperitivo, la segunda fue el plato fuerte. El Moreirense volvió a golpear primero, demostrando que su ambición no había disminuido. En el minuto 56, tras una insistencia en el área local, Yan Maranhão recuperó el balón y Francisco Domingues, con un cabezazo certero, devolvió la ventaja a los «Cónegos». Era el 1-2 y la sensación de que el Moreirense se llevaría los tres puntos a casa comenzaba a flotar en el aire.
Pero el Nacional tenía otros planes. Y estos incluían una respuesta casi instantánea. Solo tres minutos después, en el 59, Liziero ejecutó un libre directo lateral que encontró la cabeza de Léo Santos. El defensa no perdonó, enviando el balón al fondo de la red y restableciendo el empate. 2-2. La afición de Madeira, que ya se había resignado por un momento, estallaba en júbilo. Este partido era una caja de sorpresas, y todavía no había terminado.
El Punto de Inflexión: La Expulsión Clave
El minuto 62 marcó un antes y un después. Vasco Sousa, que ya había sido protagonista con un gol y un penalti cometido, vio la tarjeta roja directa. Su falta sobre Paulinho Bóia, que se dirigía solo hacia la portería, dejó al Moreirense con diez hombres. Un error táctico, una decisión precipitada; sea como fuere, la expulsión cambió drásticamente el rumbo del encuentro. De repente, el Nacional se encontraba con una superioridad numérica que no iba a desaprovechar.
La Consumación de la Remontada
Con un jugador más en el campo, el equipo de Tiago Margarido olió la sangre y se lanzó al ataque con todo. La presión dio sus frutos en el minuto 84. El árbitro Hélder Malheiro señaló otro penalti, esta vez por una mano de Marcelo en un lance con Léo Santos. Era la oportunidad de oro para el Nacional, y de nuevo, Chuchu Ramírez asumió la responsabilidad. Con la sangre fría de un cirujano, el delantero no tembló, marcando su doblete personal y sellando el 3-2 definitivo.
Una victoria que no solo se celebra por los tres puntos, sino por la forma en que se consiguió. Es el tipo de triunfo que forja el carácter de un equipo y eleva la moral de los aficionados. El Nacional, que en un momento se vio dos veces por detrás en el marcador y con el Moreirense mostrando su mejor versión, demostró una capacidad de reacción encomiable. Un recordatorio de que, en el fútbol, el partido no termina hasta el pitido final, y que la persistencia a menudo tiene su recompensa.
Los Protagonistas en el Campo
Alineaciones:
- Nacional: Kaique; Alan Núñez, Léo Santos, Zé Vítor, José Gomes; Laabidi, Matheus Dias, Liziero; Pablo Ruan, Jesús Ramírez, Paulinho Bóia.
- Suplentes: Kevyn, Ulisses Rocha, Witi, André Sousa, Lucas João, Filipe Soares, Lenny Vallier, Joel Silva, Martim Watts.
- Moreirense: Caio Secco; Dinis Pinto, Maracás, Marcelo, Francisco Domingues; Alan, Stjepanovic, Vasco Sousa; Diogo Travassos, Yan Maranhão, Kiko Bondoso.
- Suplentes: Mika, Cédric Teguia, Álvaro Martínez, Joel Jorquera, Benny, Afonso Assis, Jimi Gower, Gilberto Batista, Landerson.
El Nacional, con esta victoria épica, demuestra que no hay partido perdido hasta el último minuto. La Primeira Liga, una vez más, nos regala un espectáculo donde la estrategia, la emoción y un toque de infortunio para unos y heroísmo para otros, se dan la mano. ¡Que siga la emoción!
Urbano Salas 
Álvaro Montenegro