El delantero del Udinese, Lorenzo Lucca, protagonista de una gran temporada en la Serie A, concedió una extensa entrevista al Corriere della Sera. Entre los muchos temas que tocó, se detuvo en el interés del Milan mostrado en enero: “Leo poco los periódicos para no distraerme. El aprecio de un club tan grande me halagó, pero intenté no perder el foco en mi camino“. Estas son sus otras declaraciones:
Con sus diez goles, los mismos que Lautaro y Lukaku, ha contribuido al inesperado décimo puesto del Udinese. ¿Es esta la temporada de su consagración?
“Estoy contento con mi rendimiento y con la ayuda que le doy al equipo. Respecto a la temporada pasada, no hemos cambiado mucho a nivel de plantilla, sino en mentalidad. Pero no me siento satisfecho, quiero seguir mejorando”.
¿Hay alguna figura en particular que le haya ayudado a progresar?
“Mi preparador, Sebastian. Además, no me limito al trabajo en el campo con Jordi Garcia, el preparador físico del club, sino que me dedico a entrenamientos extra en el gimnasio. O juntos analizamos datos y estadísticas. También me ayuda a afinar la técnica”.
¿Cómo son sus relaciones con Kosta Runjaic, el entrenador que llegó a Italia como un desconocido y que supo silenciar las dudas generales?
“Nos ha dado una gran mano, veníamos de una temporada en la que nos salvamos en las últimas jornadas. Pero el verano pasado llegaron jugadores que nos permitieron subir el nivel como Alexis Sánchez y Ekkelenkamp”.
¿Cómo se comunican en la Babel que es vuestro vestuario?
“El míster nos habla en inglés. Yo, habiendo vivido un año en Ámsterdam, lo entiendo bien. Y practicando con muchos compañeros provenientes de América Latina, aprendí español”.
Volviendo atrás, ¿volvería a patear el penalti contra el Lecce, en detrimento de Thauvin?
“Durante los partidos hay mucha adrenalina, yo estaba acelerado, en ese momento me sentí con ganas de ir al punto penal y lo hice. Marqué y nos llevamos los tres puntos”.
De acuerdo, pero el lanzador de penaltis designado no era usted…
“Soy delantero y como tal siempre quiero marcar goles. Si no marco, estoy de mal humor toda la semana. Si quiere saber si he roto el equilibrio del grupo, le respondo que no. Todo ha vuelto a ser como antes”.
A decir verdad, primero pidió disculpas al equipo con un post en las redes sociales. “Quería ser un tipo duro pero, solo, no soy nadie”.
“Fue idea mía. Luego, antes del siguiente partido contra el Parma, hablé con el míster y aclaramos las cosas. Nos dijimos que no había pasado nada y que la sustitución que se produjo en Lecce, después del penalti, no fue un castigo. Me reiteró que en caso de penalti, aunque yo también sea lanzador, Thauvin tenía la prioridad. Luego, claro, ese espectáculo de Lecce nos lo podríamos haber evitado”.
¿No es cierto que lo hizo por el bono que se habría activado al décimo gol?
“No, me habría comportado de la misma manera aunque hubiera sido el 11º o el 12º. Quería marcar y punto”.
¿Cuál es el objetivo del Udinese?
“Intentar alcanzar a los equipos que están por encima de nosotros. La clasificación se ha acortado, veremos dónde estamos antes del parón”.
¿El delantero cuyo póster tenía en su habitación?
“Zlatan Ibrahimovic”.
¿Se lo dijo cuando se cruzaron en el partido de ida?
“No, en ese momento hablamos de mis antecedentes en Holanda: fui el primer italiano en jugar en el Ajax, pero quizás llegué en el período equivocado”.
¿No se adaptó a la tentacular Ámsterdam?
“Hacía frío, llovía a menudo. La cultura es muy diferente, se come pronto. La gente es cerrada”.
¿Su sueño?
“Vestir más a menudo la camiseta azzurra e ir al Mundial”.
¿Es consciente de tener características que pocos delanteros tienen?
“Por ahora mi club top es el Udinese. Luego, con trabajo y goles sé que las oportunidades llegarán en consecuencia. Por lo demás, ¿quién no aspira a un grande?“