El Tottenham Hotspur ha tenido resultados mixtos con sus fichajes, pero se ha vuelto experto en vender jugadores. Además de las grandes ventas como las de Gareth Bale y Harry Kane, también han hecho buenos negocios con jugadores menos conocidos.
Este verano vendieron al mediocampista Oliver Skipp al Leicester City por más de 20 millones de libras. Aunque en su momento parecía una decisión impopular, hasta ahora ha resultado acertada.
Skipp era muy valorado por sus antiguos entrenadores. Mauricio Pochettino lo describió como “un gran jugador y un gran chico”, mientras que José Mourinho lo calificó de “fenomenal”. Sin embargo, con el tiempo quedó claro que no tenía un camino claro hacia el primer equipo bajo Ange Postecoglou.
Desde su llegada al Leicester, Skipp ha tenido un rendimiento limitado. En todas las competiciones ha jugado solo 13 partidos, sumando 798 minutos, y ha estado en el equipo ganador en apenas 4 ocasiones.
Aunque aún tiene tiempo para demostrar su valía, por ahora parece que el Tottenham hizo un gran negocio al venderlo por esa cantidad. La venta de Skipp es otro ejemplo de la habilidad del club para obtener buenos ingresos por jugadores jóvenes con potencial pero sin un rol claro en el equipo.