El partido entre el Hellas Verona y el AC Milan estuvo marcado por la tensión, que continuó incluso después del pitido final. El equipo de Fonseca fue criticado antes, durante y después del encuentro, al igual que la directiva del club.
Al terminar el partido, el portero y capitán del Milan, Mike Maignan, protestó ante el árbitro. Según informes, Maignan escuchó cánticos racistas dirigidos hacia él mientras estaba en su portería durante el juego. El speaker del estadio pidió que cesaran estas manifestaciones racistas, lo que provocó silbidos del público.
Este incidente recuerda lo ocurrido la temporada pasada en Udine, cuando Maignan también denunció insultos racistas y el partido fue suspendido temporalmente. En aquella ocasión, el portero francés abandonó el campo seguido por sus compañeros y el entrenador Stefano Pioli.
Maignan ha declarado anteriormente que este tipo de comportamiento no debería ocurrir en los estadios y que, aunque no es la primera vez que lo sufre, siente el apoyo de todos. El jugador enfatiza que están ahí para jugar al fútbol y dar espectáculo a los aficionados.
Estos incidentes ponen de manifiesto que el racismo sigue siendo un problema en el fútbol italiano que requiere medidas más firmes por parte de las autoridades y los clubes.