En el vertiginoso mundo del fútbol moderno, la inversión en talento es una apuesta de alto riesgo y enormes recompensas. Los clubes desembolsan sumas astronómicas con la esperanza de encontrar la pieza que complete su rompecabezas. El Tottenham Hotspur, bajo la recién asumida dirección técnica de Thomas Frank, no ha sido una excepción. La llegada de Mohammed Kudus, un extremo dinámico del West Ham United por una cifra cercana a los 55 millones de libras, fue un claro indicador de la ambición de los Lilywhites por reforzar su plantilla y seguir consolidando el éxito de la pasada temporada, que culminó con el triunfo en la Europa League.
Kudus ha respondido a la confianza con creces, afianzándose en la banda derecha y demostrando su calidad con dos asistencias cruciales, una de ellas para el espectacular gol acrobático de Richarlison contra el Burnley, que se llevó el galardón al gol del mes. Sin embargo, en un giro de guion digno de una buena historia de mercado, la verdadera joya de la corona del Tottenham no es el reluciente Kudus, sino un central que llegó con menos fanfarria, pero cuyo valor se ha disparado de manera exponencial.
El Arte de Invertir: Éxitos y Lecciones
El camino del Tottenham en el mercado de fichajes de grandes sumas ha sido una montaña rusa de éxitos y, admitámoslo, alguna que otra lección dolorosa. Kudus se une a un selecto grupo de jugadores que han costado al club al menos 50 millones de libras, y la comparación con sus predecesores ofrece un panorama interesante sobre lo que significa realmente una inversión `sensacional`.
Tomemos, por ejemplo, el récord del club en el verano pasado: Dominic Solanke, adquirido por 65 millones de libras del Bournemouth. Aunque es innegable su talento, las lesiones han mermado su impacto en la temporada 2025/26, con apenas 31 minutos de acción liguera. Un recordatorio de que ni el precio más alto garantiza la disponibilidad en el campo.
Richarlison, el atacante brasileño que llegó del Everton por 50 millones de libras en 2022, representa la resiliencia. Después de una adaptación con altibajos, ha encontrado una nueva vida bajo la batuta de Frank, sumando 22 goles en 96 apariciones y reafirmando su valía. Un claro ejemplo de que, a veces, la paciencia y un cambio de sistema pueden desatar el potencial latente.
Pero luego está el elefante en la habitación, o quizás en el banquillo, la inversión de 63 millones de libras en Tanguy Ndombele en 2019. Su paso por el norte de Londres fue una mezcla de destellos de genialidad fugaces y, bueno, una evidente falta de afinidad con la intensidad de la Premier League. Su falta de forma física generó constantes interrogantes y, finalmente, un doloroso adiós en 2024 sin coste de traspaso. Una operación que subraya, con cierta ironía, que el precio no siempre es sinónimo de rendimiento, y que un `talento sensacional` debe ir acompañado de compromiso y adaptación.
Micky van de Ven: El Tesoro Escondido de Londres
Pero, en medio de estas historias de grandes gastos y expectativas, ha emergido una narrativa diferente, una que quizás sea el verdadero golpe maestro del Tottenham en el mercado de fichajes. Se trata de Micky van de Ven, el defensor holandés que llegó como una incógnita para muchos en el verano de 2023 por unos 37 millones de libras, y que hoy se erige como uno de los centrales más valiosos y prometedores de Europa.
Lo que Van de Ven ha aportado a la zaga del Tottenham es algo poco convencional para un central: una velocidad vertiginosa, una inteligencia posicional envidiable y una capacidad asombrosa para leer el juego. En la temporada 2024/25, registró la velocidad más alta de cualquier jugador en la máxima categoría inglesa, una cualidad que le permite tener un impacto en ambos extremos del campo.
Sus momentos más destacados no son solo estadísticos, son dignos de un carrete de jugadas. ¿Recuerdan su incursión en Old Trafford contra el Manchester United? Deslizándose por el campo desde su propia área hasta la de los rivales, sorteando defensas con una elegancia inusual para su posición, para finalmente servir un balón de oro a Brennan Johnson para un remate fácil. Pero su brillo no se limita al ataque. Su acrobática salvada sobre la línea de gol contra el mismo Manchester United no solo aseguró el primer trofeo de los Lilywhites en 17 años, sino que cimentó su estatus como ídolo para la afición.
Apodado “sensacional” por Jay Harris de The Athletic, el impacto de Van de Ven en la defensa, sumado a su habilidad para influir en el juego ofensivo, ha provocado que su valor de mercado se dispare. Según FootballTransfers, su valor actual es de 53.2 millones de libras, lo que representa un aumento de 16 millones de libras sobre el precio que el Tottenham pagó por él en 2023. Esta cifra lo coloca, curiosamente, por encima de los 45.9 millones de libras de Mohammed Kudus, el flamante fichaje ofensivo, a pesar de su reciente llegada.
Más Allá del Precio: La Visión de un Club
La historia de Micky van de Ven es más que la de un jugador excepcional; es un testimonio de la evolución estratégica del Tottenham en el mercado de transferencias. Durante años, se criticó al club por su falta de inversión, pero en los últimos tres años, se han invertido más de 400 millones de libras, una suma que, sin duda, contribuyó a su reciente triunfo en la Europa League.
Este gasto, sin embargo, parece estar acompañado ahora de una mayor astucia. La capacidad para identificar y desarrollar talentos como Van de Ven, que quizás no llegan con la etiqueta de “superestrella” pero rápidamente superan las expectativas y su valoración inicial, es un signo de madurez en la gestión deportiva. No se trata solo de abrir la chequera, sino de invertir de manera inteligente y estratégica.
Con jugadores como Kudus aportando explosividad y Van de Ven ofreciendo una solidez defensiva y una chispa ofensiva inesperada, el Tottenham de Thomas Frank tiene las herramientas para construir un futuro prometedor. La “mina de oro” no siempre está en el fichaje más caro, sino en la capacidad de encontrar el diamante en bruto, pulirlo, y verlo brillar con luz propia, superando incluso las expectativas de las grandes estrellas. El Tottenham no solo ha encontrado oro; ha demostrado que con una visión clara y una ejecución inteligente, se puede construir un equipo formidable. Y Micky van de Ven, el `sensacional` defensa que vale más que las grandes estrellas, es el brillante ejemplo de ello.