Napoli: Récord Perfecto, Actuación Imperfecta – La Lucha Contra Pisa

Análisis de un encuentro vibrante que consolida al Napoli en la cima de la Serie A.

El fútbol, ese deporte donde la estadística a veces miente y la emoción rara vez defrauda, nos regaló otro capítulo de infarto en la Serie A. El Napoli, líder indiscutible y único equipo con un récord del 100% de victorias, se enfrentó al modesto Pisa. El resultado final de 3-2 a favor de los partenopeos selló su paso impecable por el campeonato, pero la historia en el Estadio Diego Armando Maradona fue cualquier cosa menos una demostración de perfección. Si el fútbol fuera una obra de arte, esta sería una con pinceladas maestras, pero también con algún que otro borrón a mano alzada.

La resaca europea y la rotación necesaria

Tras una agotadora derrota por 2-0 en la Champions League frente al Manchester City, donde el equipo jugó más de una hora con diez hombres, era de esperar que el técnico del Napoli optara por algunas rotaciones. Alex Meret, Mathias Olivera, Eljif Elmas y un tal Billy Gilmour, entre otros, tuvieron la oportunidad de demostrar su valía. El Pisa, por su parte, llegaba con un inicio de temporada irregular: un empate 1-1 contra Atalanta, seguido de derrotas por la mínima ante Roma y Udinese. Claramente, eran el David en esta particular batalla, sin la menor intención de entregar la victoria al Goliat local.

Un primer tiempo de avisos y un debut soñado

Los primeros minutos del encuentro fueron un presagio de lo que vendría. Matteo Politano desperdició un “regalo” del portero Adrian Semper, quien arriesgó demasiado en la salida. Luego, la polémica: el VAR entró en acción por una posible falta de Kevin De Bruyne en el área, pero el árbitro, tras la revisión, dictaminó que el jugador del Pisa había caído sobre el balón con la mano, desactivando la situación. Un suspiro de alivio para los locales, que vieron cómo se esfumaba la posibilidad de un penal tempranero.

Eljif Elmas incluso tuvo el balón en la red en el minuto 26, pero Rasmus Hojlund estaba en fuera de juego. Parecía que el gol se resistía. Hasta que llegó Billy Gilmour. El mediocampista escocés, en su primer gol con la camiseta del Napoli, realizó un movimiento de engaño magistral para dejar a un defensor en el camino y, con un remate desviado, envió el balón al fondo de la red. Una celebración que era una mezcla de euforia personal y alivio colectivo. Justo antes del descanso, el Pisa casi iguala con Leris, quien obligó a Meret a una intervención desesperada. Era un claro aviso: este Pisa no venía de paseo.

El segundo tiempo: Carácter, caos y goles de infarto

La segunda mitad comenzó con el Napoli intentando sentenciar. Hojlund interceptó un pase errático de Marius Marin y se lanzó hacia la portería, pero su insistencia en hacerlo todo solo terminó con un disparo bloqueado. Politano también falló una oportunidad clara desde cerca, y McTominay envió un potente disparo por encima del larguero. El gol de la tranquilidad se hacía de rogar, y, como suele ocurrir en el fútbol, el que perdona, a menudo lo paga.

El Pisa empezó a creer. Ebeneezer Akinsanmiro puso a prueba a Meret con un disparo que el portero desvió por debajo del travesaño. La presión surtió efecto. Tras un córner, un disparo de Mateus Lusuardi desde quemarropa golpeó en la rodilla de Sam Beukema y luego en su brazo extendido. Penal. M’Bala Nzola, con la frialdad de un cirujano, convirtió el penalti por el centro, igualando el marcador. El David había herido al Goliat.

El ambiente se caldeó. El Napoli, aturdido, respondió. Leonardo Spinazzola, con una mezcla de potencia y fortuna, se deshizo de un defensor y sorprendió a Semper con un disparo raso al poste cercano. Era el 2-1, un gol que devolvía la ventaja y un poco de aire. Y luego, el gol que desató la euforia: Lorenzo Lucca, recién salido del banquillo, anotó su primer gol para el club. Recogió el balón de McTominay y lo clavó en la escuadra superior desde un ángulo endiabladamente difícil. Un debut soñado, un 3-1 que parecía definitivo.

“Perfecto” no siempre significa “fácil”. El Napoli lo demostró, manteniendo su récord impecable, no por dominancia aplastante, sino por una mezcla de resiliencia y destellos de brillantez en los momentos clave. Una victoria de campeón, sí, pero con el sabor agridulce de saber que hay mucho por pulir.

Pero el drama no había terminado. El Pisa, con una fe inquebrantable, no bajó los brazos. Di Lorenzo, en una semana de pesadilla, perdió el balón en la línea de fondo, y Samuele Angori sirvió un pase para que Lorran solo tuviera que empujarla desde seis metros. 3-2. El tiempo añadido se convirtió en un festival de nervios. Meret, una vez más, se vistió de héroe con una atajada extraordinaria a un cabezazo de Angori a quemarropa, aunque el árbitro también vio una falta previa sobre Politano. Fin. El Napoli respiró.

Conclusiones: La perfección tiene su precio

El Napoli ha mantenido su récord perfecto, sí. Sigue en la cima de la Serie A con paso firme. Pero esta victoria 3-2 sobre el Pisa es un recordatorio de que la senda hacia la gloria rara vez es un camino de rosas. Hubo momentos de brillantez individual, de esos que deciden partidos ajustados, pero también de errores que bien podrían haber costado puntos preciosos. La rotación de plantilla, si bien necesaria, mostró que el engranaje aún puede chirriar un poco.

Para el Pisa, esta derrota, aunque dolorosa, es un testimonio de su espíritu de lucha. Demostraron que pueden poner en aprietos a los grandes, que tienen la capacidad de reaccionar y de creer hasta el último minuto. Para el Napoli, esta victoria es un grito de advertencia: la Serie A es una liga implacable, y la perfección, si se quiere mantener, requerirá no solo la habilidad de sus estrellas, sino una consistencia que, por momentos, estuvo ausente en este vibrante encuentro. El camino es largo, y cada victoria, por imperfecta que sea, suma.

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By Urbano Salas

Urbano Salas, de Valencia, se ha establecido como uno de los analistas deportivos más perspicaces de España. Su columna semanal en medios digitales cubre todos los eventos deportivos significativos, desde fútbol hasta balonmano. Sus detallados análisis de partidos de La Liga y pronósticos para torneos internacionales han ganado especial reconocimiento. Salas asiste regularmente a los entrenamientos de equipos locales y mantiene estrechos contactos con los cuerpos técnicos, lo que le permite obtener información exclusiva de primera mano. También dirige un popular canal de YouTube donde analiza las probabilidades de resultados deportivos.

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