El culebrón del verano en el mercado de fichajes parece acercarse a su desenlace, aunque con la cautela que caracteriza a las grandes operaciones. Victor Osimhen, el potente delantero nigeriano que ha deslumbrado en el Napoli, está cada vez más cerca de sellar su traspaso al Galatasaray turco, en una negociación que ha puesto a prueba la paciencia de todas las partes involucradas.
La cifra que se maneja es importante: alrededor de 75 millones de euros. Este monto coincide con la cláusula de rescisión que el jugador tenía en su contrato con el club italiano, si bien la conversación actual se desarrolla fuera del estricto plazo para activar dicha cláusula. El acuerdo en el precio parecía encarrilado, pero el diablo, como siempre, estaba en los detalles, específicamente en la forma de pago.
El Galatasaray, mostrando sus cartas, propuso abonar la suma en cinco cómodos plazos. Una propuesta lógica para manejar una inversión de tal magnitud, pero que desde la perspectiva del Napoli, y conociendo la mano firme de su presidente Aurelio De Laurentiis, requería algo más que buena fe. Los napolitanos no están para juegos con semejante cantidad de dinero; exigen “garantías bancarias férreas”, un compromiso blindado que asegure que cada euro llegará a las arcas del club en los tiempos acordados. Y ahí es donde las negociaciones se estancaron, alargándose por horas y forzando a los directivos turcos a aplazar sus vuelos de regreso en una especie de tira y afloja financiero de alto nivel.
Pero el optimismo ha resurgido. Según informaciones procedentes de fuentes tanto italianas como turcas, los representantes del Galatasaray habrían dado el paso decisivo, prometiendo entregar la carta de crédito bancaria que el Napoli considera “suficiente” para cerrar el trato. Este sería el tan esperado “avance clave” que permitiría desbloquear la situación después de días de incertidumbre.
Ahora, la pelota está firmemente en el tejado napolitano. La documentación prometida debe ser analizada con lupa por los abogados del club para verificar su solidez y fiabilidad. Si las garantías pasan el escrutinio legal, Osimhen recibiría el visto bueno para volar a Estambul y completar su fichaje, vistiendo la camiseta del Galatasaray ya de manera definitiva.
Es notable la postura del propio jugador durante esta saga. A pesar de haber recibido ofertas económicamente estratosféricas, especialmente desde la liga saudí (una tentación que rechazó), Osimhen ha mostrado una clara preferencia por el proyecto del Galatasaray. Ante la ausencia de clubes de la Premier League o La Liga dispuestos a desembolsar los 75 millones de euros de una vez, su deseo de unirse al gigante turco parece haber sido un factor determinante.
El Galatasaray, por su parte, transmite la sensación de haber cumplido con lo requerido. No obstante, la historia reciente de esta negociación nos invita a la prudencia. No es la primera vez que se anuncia un momento decisivo que luego se diluye. La firma y la confirmación oficial son los únicos marcadores válidos. Así que, mientras los abogados revisan los papeles, el mundo del fútbol espera la resolución final de una de las operaciones más destacadas de este mercado.