La carrera de Ousmane Dembélé, un torbellino de talento y fragilidad, ha escrito un nuevo capítulo, esta vez teñido de frustración. Una lesión muscular lo aparta de la selección francesa justo cuando la campaña hacia el Mundial 2026 apenas comienza.
El Drama en Wroclaw: Un Cambio con Consecuencias
El viernes en Wroclaw no fue una noche cualquiera para Ousmane Dembélé. Lo que prometía ser una oportunidad para reivindicarse desde el banquillo se transformó en otro amargo episodio en su historial de lesiones. Con la selección francesa enfrentando a Ucrania en su debut clasificatorio para el Mundial de 2026, las expectativas estaban puestas en el astro del PSG.
Didier Deschamps, en un movimiento estratégico, había optado por Kylian Mbappé como “9” de referencia, dejando a Dembélé en la suplencia. Francia, por cierto, resolvió el encuentro con una victoria cómoda de 2-0, lo que podría haber sido un consuelo, si no fuera por el giro de los acontecimientos.
La oportunidad de Dembélé surgió por la lesión de Désiré Doué en la primera mitad. El seleccionador galo decidió darle entrada al inicio de la segunda parte, reubicándolo en su hábitat natural, la banda derecha. Diez minutos antes del pitido final, el escenario se repitió: Dembélé se llevó la mano al muslo derecho. La señal era inequívoca. El talentoso extremo, que había dejado el FC Barcelona para unirse al PSG en busca de un nuevo aire, volvía a caer víctima de sus propias fibras musculares. Fue sustituido por Hugo Ekitike, quien hizo su debut con los Bleus.
“Es una pena para Ousmane. Estaba entrando en ritmo y aportando velocidad. Tendremos que prescindir de él para el próximo partido, y esperemos que sea solo por un breve periodo.” — Palabras que bien podría haber pronunciado Deschamps, reflejando la frustración habitual.
Implicaciones Inmediatas: ¿Cómo Afecta a Francia?
La noticia, confirmada por fuentes cercanas al equipo, no tardó en llegar: Dembélé abandonará la concentración de la selección francesa. Esto significa que se perderá el segundo compromiso de las eliminatorias del Mundial 2026, el crucial partido contra Islandia, que se disputará el martes en el Parque de los Príncipes de París.
Un Rompecabezas para Deschamps
Para Didier Deschamps, esta baja es, cuando menos, un incordio. Si bien la profundidad de la plantilla francesa es envidiable, la ausencia de un jugador con la capacidad de desequilibrio de Dembélé siempre se siente. La velocidad, el regate y la habilidad para cambiar el ritmo de un partido son atributos que no abundan, incluso en un equipo plagado de estrellas. Deschamps tendrá que reajustar sus planes, probablemente dándole más minutos a otros jóvenes talentos o a jugadores ya establecidos que buscan consolidarse en el once inicial.
El Espejismo de la Regularidad: Dembélé y su Batalla Personal
La carrera de Ousmane Dembélé es un estudio de caso en el fútbol moderno. Un talento descomunal, capaz de jugadas que desafían la lógica, pero lastrado por una fragilidad física que lo persigue desde sus inicios. En cada temporada, parece alcanzar un pico de forma y rendimiento, solo para ser frenado bruscamente por una lesión. El PSG, su actual club, había apostado fuerte por él, esperando que bajo la tutela de Luis Enrique y un entorno diferente, pudiera encontrar esa anhelada regularidad.
Este episodio nos recuerda que, en el fútbol de élite, el físico es tan o más importante que el talento puro. Un jugador puede tener el potencial para ser el “Balón de Oro de 2024-2025” (como bromeaba la prensa sobre Dembélé antes de este incidente, con esa mezcla de admiración y escepticismo que genera), pero si su cuerpo no responde, el camino se vuelve arduo y las etiquetas, a menudo, irónicas.
La ironía no se pierde en los aficionados que siguen su trayectoria: cada vez que parece haber dejado atrás sus problemas físicos, estos resurgen con una puntualidad casi suiza. Es un ciclo que frustra tanto al jugador como a los clubes y selecciones que depositan su confianza en él.
¿Qué Sigue para Dembélé?
Tras abandonar la concentración, Dembélé se someterá a pruebas más exhaustivas para determinar la gravedad exacta de la lesión y el tiempo de recuperación. Lo más probable es que regrese a París para iniciar su rehabilitación bajo la supervisión del cuerpo médico del PSG.
Este percance llega en un momento delicado, con la temporada de clubes ya en marcha y compromisos importantes tanto en la Ligue 1 como en la Liga de Campeones. Para Dembélé, es otro desafío en su búsqueda de consistencia. Para el PSG, es un recordatorio de la gestión de riesgos que implica invertir en talentos tan brillantes como vulnerables.
La afición francesa, y la del PSG, solo puede esperar que esta sea una pausa breve en la trayectoria de un jugador que, cuando está en plenitud, es uno de los más emocionantes de ver. El fútbol necesita a Ousmane Dembélé sano y en forma, dejando regates mágicos en lugar de visitas a la enfermería, para que su talento brille sin la sombra constante de la fragilidad física.