En una jornada que quedará grabada en la memoria de los aficionados del Parma y, especialmente, en la de su joven entrenador, Carlos Cuesta, el equipo Gialloblu logró su ansiada primera victoria en la Serie A. Un triunfo por 2-1 frente al Torino, cimentado en un doblete del delantero Mateo Pellegrino, que no solo significa tres puntos vitales, sino también un respiro de alivio y la confirmación de que el proyecto de Cuesta empieza a tomar forma.
Un Inicio de Temporada Tenebroso: La Necesidad de un Cambio
El camino hasta esta victoria no había sido precisamente un paseo por el parque para el Parma. Tras un empate en la Coppa Italia con Spezia resuelto en penaltis, el debut liguero de Cuesta se había saldado con empates ante Cremonese y Atalanta, y sendas derrotas por 2-0 frente a gigantes como la Juventus y el aguerrido Cagliari. Un balance que, para ser francos, ponía una presión considerable sobre los hombros del técnico español, quien, con una sonrisa que apenas disimulaba la tensión, veía cómo cada jornada le recordaba la dureza del fútbol italiano.
La Primera Parte: Pellegrino Abre la Lata desde los Once Metros
El encuentro en el Estadio Ennio Tardini fue, como era de esperar, una batalla táctica. El Torino, fiel a su estilo, mantuvo una mayor posesión del balón, intentando dictar el ritmo del juego. Sin embargo, la efectividad, ese elusivo fantasma que a menudo decide los partidos, se puso del lado local. Al filo del descanso, en el minuto 36, el delantero Mateo Pellegrino asumió la responsabilidad de un penalti crucial. Con la calma de un veterano, batió al portero visitante, rompiendo el empate y otorgando al Parma una valiosa ventaja antes de enfilar el túnel de vestuarios. Un gol que, más allá de la estadística, insufló una buena dosis de moral a los Crociati.
La Reacción del Toro y el Golazo de Ngonge
El entretiempo llegó con el Parma arriba, pero con la clara advertencia de que el Torino no daría su brazo a torcer tan fácilmente. Marco Baroni, técnico del conjunto visitante, ajustó sus piezas y la respuesta no se hizo esperar. Apenas cinco minutos después de la reanudación, en el minuto 50, Saul Coco asistió a Cyril Ngonge, quien con un disparo espectacular desde fuera del área, colocó el balón en la escuadra superior izquierda, dejando al portero local sin opciones. Un gol de fantasía que ponía las tablas en el marcador y reavivaba las esperanzas del Toro. La ironía del fútbol, a veces, es que no siempre gana quien más balón tiene, sino quien lo sabe pegar mejor.
El Doblete Decisivo: Pellegrino Vuelve a Ser Héroe
Con el empate a uno, la intensidad del partido se disparó. Ambos equipos olían la victoria y aumentaron la agresividad en sus ataques. Pero fue el Parma quien, una vez más, encontró el camino del gol. En una jugada de estrategia, Emanuele Valeri lanzó un córner medido al área. Allí, emergiendo entre la maraña de defensores y atacantes, se encontraba Mateo Pellegrino. Con un cabezazo impecable a quemarropa, el delantero envió el balón al fondo de la red, sellando su doblete personal y devolviendo la ventaja a los Gialloblu. Minuto y resultado que dejaban poco margen para la remontada.
A pesar de los esfuerzos finales del Torino por revertir la situación, sus intentos resultaron infructuosos. La defensa del Parma se mantuvo firme, y el pitido final confirmó la victoria local. Carlos Cuesta, con su primera victoria en la Serie A, no solo celebró tres puntos, sino también el potencial de un equipo que, por fin, empieza a creer en sí mismo. El doblete de Pellegrino no es solo una estadística, es un mensaje: el Parma está de vuelta y no piensa ponérselo fácil a nadie. Y con ello, la promesa de una temporada llena de emociones, donde la sorpresa puede ser la norma y el joven entrenador español, el director de orquesta.