Profunda División en el Milan: San Siro en Guerra con el Equipo

Otra noche amarga en San Siro. Para la afición, los jugadores, el ambiente, la directiva y la propiedad. El Milan completó una semana desastrosa, culminando el partido en casa contra la Lazio con la tercera derrota consecutiva en la liga. Tras la derrota en Turín y la recuperación en Bolonia, el golpe final lo asestaron los blanquiazules dirigidos por Baroni. El objetivo del 4º puesto y la clasificación para la próxima edición de la Champions League parece sentenciado. Y San Siro, una vez más, se convirtió en el centro de atención.

La Protesta

La Curva Sud Milano había sido clara: durante los primeros 15 minutos del partido, no apoyarían al equipo, en una fuerte protesta contra la propiedad del club. Solo apareció una pancarta, contundente: “Solo por la camiseta”. Un mensaje claro de intenciones, expuesto en el centro del Segundo Anillo Azul, donde late habitualmente el corazón de la afición rossonera. Y el partido comenzó en el silencio ensordecedor del público, con apenas algunos aplausos de ánimo del resto de la afición milanesa. Pasados 15 minutos, la Curva entró en el estadio. Y los abucheos comenzaron a inundar San Siro, fuertes e implacables. Una lluvia de silbidos a cada error, a cada balón perdido, a cada pase fallido, a cada indecisión. Un ambiente que solo cambió brevemente al final, cuando el empate de Chukwueze ilusionó a la afición con la posibilidad de llevarse al menos un punto a casa. ¿Spoiler? No terminó bien.

Un Clima Incandescente

Decir que nunca se ha visto un ambiente tan surrealista en San Siro sería ocultar parte de la verdad. Quizás sería más preciso analizar cómo un ambiente tan hostil, los jugadores rossoneri nunca lo habían experimentado realmente en sus carreras. Es innegable que las continuas oleadas de abucheos y los cánticos de protesta (“Indignos”, “Esta sociedad no nos merece”, “El Milan para los milanistas”, “Cardinale, vende y vete”) contra la directiva tuvieron un impacto en la mentalidad de los jugadores. Ejemplos claros fueron la lectura de las alineaciones, tradicionalmente acompañada por el grito de los aficionados al escuchar el apellido de los jugadores, a lo que el público rossonero respondió con un silencio sepulcral. ¿Y las sustituciones? Lo mismo, un silencio glacial. Un clima que no dejó indiferente ni siquiera al propio Conceicao: “Los jugadores sienten lo que hay alrededor del club. Es la primera vez que entreno en un ambiente así, y obviamente los jugadores lo sienten. Sabemos que cuando es así, las botas queman, no sale un regate o un pase, y te hundes”. Queda una postura firme que refleja una clara e inevitable fractura entre las tres almas que normalmente componen un club de fútbol: la afición, el equipo y la directiva.

Dicotomía

Usemos un término fuerte: dicotomía. El clima confuso e incandescente propuesto por la afición milanesa ha marcado, de manera clara y definitiva, cuánto sufre el público ante esta situación. Una situación que ve al Milan en el 9º puesto, eliminado en los playoffs de la Champions League y lejos, inexorablemente, del objetivo mínimo fijado al inicio de la temporada. Y el riesgo es quedarse, 10 años después, fuera de toda competición continental. Impensable, ni siquiera en las peores pesadillas de cualquier aficionado. Y esta completa y radical división entre estas posiciones, esta relación cada vez más desconectada entre afición, directiva y equipo, se evidencia también en las reacciones de algunos miembros de la plantilla rossonera.

Reacciones

Intentemos analizar lo que ocurrió en el campo. Christian Pulisic, uno de los líderes técnicos del equipo de Conceicao, uno de los motores (tanto en goles como en rendimiento) de este Milan, intentó animar a su público, arengar a la multitud para levantar la moral de sus compañeros. Pero fue inútil. De hecho, el silencio se mezcló con los abucheos. Y luego están Theo Hernández y Leao, los dos jugadores que por años en el club, por liderazgo, por características técnicas, por calidad, deberían soportar gran parte del peso de este equipo, que se convirtieron en los principales objetivos de la protesta contra el equipo. Abucheos, muchos, cuyo ruido se propagó por todo el campo de juego. El francés fue incluso abucheado mientras intentaba ayudar a un rival con calambres. ¿Y el portugués? Él no se quedó callado y discutió con algunos aficionados. Una polémica acompañada de gestos inequívocos en varias ocasiones. Basta con ver la señal que lanzó tras la asistencia a Chukwueze: manos que se dirigen inmediatamente a las orejas. No hace falta explicar el significado.

La Respuesta de Leao

Y hoy llega la respuesta, un nuevo mensaje lanzado a través de las redes sociales. Al día siguiente de la derrota en casa contra la Lazio, Leao decidió publicar una historia en su perfil oficial de Instagram. Un mensaje que no deja lugar a dudas: “Desafortunadamente, estamos nosotros contra todos. Trabajamos para volver a obtener resultados positivos y el grupo seguirá estando más unido que nunca!”. Desafortunadamente, nosotros contra todos. La intención del jugador nacido en el 99 es evidente, es una declaración que responde al clima surrealista vivido hace apenas unas horas. Y así, la fractura se agranda cada vez más: afición contra equipo y directiva, plantilla contra afición. En el Milan, todos contra todos.

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By Urbano Salas

Urbano Salas, de Valencia, se ha establecido como uno de los analistas deportivos más perspicaces de España. Su columna semanal en medios digitales cubre todos los eventos deportivos significativos, desde fútbol hasta balonmano. Sus detallados análisis de partidos de La Liga y pronósticos para torneos internacionales han ganado especial reconocimiento. Salas asiste regularmente a los entrenamientos de equipos locales y mantiene estrechos contactos con los cuerpos técnicos, lo que le permite obtener información exclusiva de primera mano. También dirige un popular canal de YouTube donde analiza las probabilidades de resultados deportivos.

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