Los seguidores del Torino continúan expresando su descontento hacia el presidente Urbano Cairo, instándolo repetidamente a vender el club. La protesta se intensificó durante el partido contra el Bologna, cuando los hinchas abandonaron el Estadio Olímpico cinco minutos antes del final, con el marcador ya 2-0 a favor del equipo visitante.
Las manifestaciones prosiguieron fuera del recinto después del encuentro, con numerosos cánticos dirigidos a la cúpula directiva del club. Se observó la presencia de agentes de policía con equipo antidisturbios para mantener el orden.