Por fin podemos respirar aliviados. Para los que amamos al Espanyol, llegar a este punto de la temporada y disfrutar de un fin de semana de fútbol sin angustias es una gran noticia. El equipo perico, que parecía destinado a sufrir hasta el último instante, ha logrado una victoria crucial en Vallecas que cambia drásticamente el panorama. Y no es una exageración afirmar que ganar 0-4 fuera de casa es un hecho extraordinario. Pero lo más destacable no es solo el resultado, sino la manera en que se consiguió.
Este viernes, mientras muchos aficionados del Espanyol veían el calendario con temor, el equipo de Manolo González transformó la presión en motivación. Los tres puntos obtenidos contra el Rayo permiten al Espanyol observar el resto de la jornada desde una posición más cómoda, esperando resultados favorables de sus rivales. Los partidos Girona – Alavés, Real Madrid – Valencia, Las Palmas – Real Sociedad, Valladolid – Getafe y Leganés – Osasuna podrían traer noticias positivas, esta vez sin necesidad de vivir con el corazón en vilo.
Una Exhibición de Carácter y Fútbol
La primera parte del Espanyol fue sencillamente excepcional. Nadie, ni el más optimista, lo habría anticipado: un equipo que como visitante ha mostrado debilidad durante la temporada, ofreció una de las mejores actuaciones de los últimos años, no solo de esta temporada, sino en años. Gran parte del mérito recae en Manolo González, quien arriesgó con cambios estratégicos: Edu Expósito reemplazó al habitual Král, y Antoniu Roca entró por Jofre Carreras. La jugada resultó ser un éxito.
Expósito demostró aportar más calidad, pausa y claridad en el centro del campo en comparación con el jugador checo. Antoniu, con su verticalidad y audacia, confirmó que merece más oportunidades. Manolo reconoció tras el partido que el equipo jugó una primera parte casi perfecta, y no le faltaba razón.
Manolo: De Cuestionado a Figura Clave
Si el fútbol fuera siempre justo, Manolo sería hoy el centro de atención de todo el mundo futbolístico. Antes del partido, algunos criticaban su planteamiento conservador, la falta de gol del equipo y la ineficacia de los cambios. Sin embargo, en el minuto 50, cuando muchos pensaron que se replegaría atrás con una defensa de cinco, Manolo aseguró el partido con un movimiento magistral. No fue un retroceso, sino una decisión inteligente para mantener el control y evitar el sufrimiento, y funcionó a la perfección.
La victoria no fue producto de la suerte o el azar, sino el resultado del orden táctico, el compromiso de los jugadores y la efectividad ofensiva. El gol de Leandro Cabrera, un central que parecía tener un pie fuera del club pero que sigue aportando puntos clave, y otro de Roberto, el fichaje de invierno que justifica su incorporación en cada partido, dejaron el encuentro sentenciado en poco tiempo.
Jugadores Destacados que Merecen Reconocimiento
Cabrera ofreció una lección magistral tanto en defensa como en ataque, siendo un muro impenetrable y marcando un gol. Puado mostró posiblemente su mejor versión desde que llegó al primer equipo, con una asistencia, un gol y un gran despliegue físico. Los responsables del club deberían tomar nota, porque dejarlo marchar libre sería un error lamentable.
Edu Expósito dirigió el juego con maestría. Joan García volvió a ser providencial con una parada crucial que habría reenganchado al Rayo al partido. Urko se mostró impecable, y Roberto luchó incansablemente. El equipo realizó 7 remates, casi la mitad de los que había acumulado en toda la temporada como visitante (17). Se pedía más ambición ofensiva, y se logró.
Un Triunfo para Recordar
La última vez que el Espanyol ganó 0-4 fuera de casa fue en San Mamés en 2013. Aquel día marcaron Héctor Moreno, Víctor Sánchez, Stuani y Verdú. Hoy, el contexto es diferente, pero la sensación es igualmente poderosa: esto marca un punto de inflexión. Una victoria que puede cambiar la dinámica, fortalecer la confianza del equipo y permitir a la afición mirar hacia adelante con optimismo. El equipo y Manolo se lo merecían.
Este equipo, a pesar de sus limitaciones técnicas y los obstáculos superados, ha demostrado que puede competir, sumar puntos e ilusionar a su afición. Aún queda camino por recorrer, pero este viernes, el Espanyol se ha ganado algo más que tres puntos: se ha ganado el derecho a soñar con la permanencia, con los pies en la tierra pero con la esperanza renovada.